Todos tenemos algún amigo puntilloso que al salir del cine nos ha soltado alguna frase del tipo: “No eran zombies, en realidad se trataba de infectados”. Camaradas irritantes pero a los que, en cierto modo, no les falta razón.
En la década de los años 2000 películas como 28 días después y series de televisión tan populares como The Walking Dead quisieron abordar un subgénero tan manido como el de los muertos vivientes respetando muchos de sus cánones pero también desde una nueva perspectiva. Una renovación que pasaba por presentarnos una amenaza que no cobraba vida mediante sortilegios o rituales arcanos, sino por caprichos de la naturaleza o con mayor frecuencia por obra y gracia de científicos locos o visiblemente descuidados que acababan siendo devorados por su malévola creación.
Los videojuegos, que nunca han dudado en dejarse influir por otros medios, llevan años bebiendo de estas ideas para confeccionar la premisa de cada terrorífica aventura que aterriza en los principales sistemas de entretenimiento. Algunos optan por replicar una y otra vez elementos que cada vez resultan más familiares al público, otros se esfuerzan por ofrecer aproximaciones más creativas y originales a cualquier peligro biológico susceptible de desatar una crisis que ponga en jaque a la raza humana.
A continuación os dejamos diez juegos que no os debéis perder si sentís debilidad por este tipo de historias. Ya sabéis, disparad siempre a la cabeza…
Si los protagonistas de la serie Hijos de la Anarquía se hubieran tenido que enfrentar a una epidemia global seguro que el resultado hubiese guardado muchas similitudes con lo visto en el juego de Bend Studio. En un mundo en el que la civilización ha caído y grandes hordas de violentos engendros acosan por doquier a los supervivientes de la catástrofe no es raro imaginar a alguien como Deacon ganándose la vida como cazarrecompensas. Eso sí, no tardaréis en daros cuenta de que cuidar de vuestra motocicleta será esencial para conservar el pellejo.
El universo de Robert Kirkman no ha conseguido calar hondo en el mundo de los videojuegos, sobre todo teniendo en cuenta varias propuestas orientadas a la acción de una calidad más que cuestionable. Sin embargo, la serie de Telltale es sin duda la excepción gracias a una aventura narrativa magistral que recibió en Game of the Year en el año 2012 y varias continuaciones en las que tuvimos la satisfacción de seguir los pasos de la pequeña Clementine, una niña desvalida que se convertiría en una mujer de armas tomar. Un personaje irrepetible que nunca se dejó amedrentar ni por los terroríficos caminantes ni por los tipos sin escrúpulos que campaban a sus anchas en mitad del apocalipsis.
Sólo hay algo peor que coger un catarro justo antes de ir a la playa, y es que sean todos los de tu alrededor los que enfermen convirtiéndose en infectados de lo más desagradables y con muchas ganas de fastidiarte las vacaciones. Ocurría en la isla de Banoi, en un lujoso resort tropical en el que los veraneantes debían utilizar cualquier medio a su alcance para evitar que la ola de monstruos les atrapase. Claro que si la zona de la costa era peligrosa, mejor no hablar de la jungla y de esa prisión de máxima seguridad -¿a quién se le ocurriría?- que se convertía en la fuente de verdaderas monstruosidades cada vez más difíciles de abatir.
Consíguelo aquí
La aventura de Joel y Ellie debería tener un lugar privilegiado en esta selección, pues el juego de Naughty Dog no sólo es un imprescindible del género sino uno de los videojuegos más fascinantes jamás creados. Aunque la ambientación postapocalíptica es similar a la de otros títulos, los enemigos resultan ser mucho más originales de lo que nos tienen acostumbrados. En esta ocasión el origen de la pandemia es un hongo que al infectar a los humanos les convierte en seres irracionales y sumamente agresivos. En The Last of Us encontrábamos algunos especímenes que, tras años de exposición, habían quedado desfigurados y totalmente ciegos, de ahí que hubiese que andar con mucho cuidado ya que hasta el más mínimo ruido podía ser advertido por la criatura.
El Virus-T desarrollado por Umbrella Corporation ha resultado ser una de las armas biológicas más mortíferas que hemos podido ver en un videojuego. A lo largo de la saga pudimos conocer muchas variantes del llamado Virus Progenitor, las cuales dieron lugar a monstruos cada vez más letales. Sin embargo, cabe señalar que el más básico de todos ya fue suficiente para arrasar las instalaciones de investigación y poner en riesgo de contagio al mundo entero. Gracias a los STARS pudo controlarse, pero ni Umbrella ni sus ávidos competidores quisieron aprender de sus errores.
Consigue en este enlace Resident Evil: Origins
La primera PlayStation fue el caldo de cultivo perfecto para un sinfín de producciones en las que debíamos plantar cara a todo tipo de aberraciones. En el caso de Parasite Eve estos monstruos eran fruto de mutaciones celulares provocadas por las llamadas mitocondrias, que de ser liberadas podría significar el fin de la humanidad. Todo era susceptible de ser transformado, desde simples humanos a cocodrilos y otras bestias, aunque por suerte la agente de policía Aya Brea daría lo mejor de sí misma para salvar Nueva York de esta amenaza y desentrañar los misterios de una trama sumamente compleja. Es una lástima que Parasite Eve sea una de esas sagas que han quedado en el olvido, pues su última entrega titulada The 3rd Birthday se lanzó allá por 2010 para PSP.
¿Quién dijo que el apocalipsis debía ser lúgubre y tétrico? Insomniac Games, los padres de la serie Ratchet & Clank, fueron fieles a su trayectoria y plantearon un juego de acción en el que primaban los tiroteos y la libertad de movimiento, ofreciendo escenarios llenos de rieles y tirolinas con los que los jugadores podían burlar a toda esa ingente cantidad de mutantes que habían tomado Sunset City. Violentos y con una inusitada facilidad para explotar estos engendros eran el resultado de la transgresión de la compañía FizzCo, que en un intento por comercializar por la vía rápida su nueva bebida energética OverCharge decidió incumplir los protocolos sanitarios a los que debía ser sometido el producto. El resultado, el perfecto patio de recreo para los amantes del gatillo fácil.
Consigue aquí Sunset Overdrive
Hay veces en las que un virus puede ser nuestro principal desafío y a la ver el más poderoso de los aliados. Que se lo digan a Alex Mercer que tras su paso por las instalaciones de Gentek, una compañía de ingeniería genética, vio cómo su cuerpo se convertía en un arma imparable siendo capaz de generar afiladas garras o absorber a cualquier individuo haciéndose con su identidad y sus recuerdos. El llamado virus Blacklight no sólo convirtió a Mercer en el objetivo de los militares, sino que además infectó Manhattan con monstruos que hicieron del distrito una zona de guerra. Tal y como pudimos comprobar en su secuela, el protagonista no sólo acabaría convirtiéndose en el villano de la función sino también en la clave para acabar de una vez por todas con la infección.
Ser inmune a la gripe verde es un alivio, no hay duda. Claro que para dejar atrás de una vez por todas los estragos causados por este patógeno nada mejor que formar equipo con otros tres aguerridos supervivientes. Un veterano de la guerra de Vietman, una estudiante universitaria, un gerente de cuentas y un motero eran los cuatro personajes decididos a desatar una lluvia de balas para llegar hasta el helicóptero y ser evacuados de la ciudad de Fairfield, en la que los infectados no sólo atacaban en oleadas sino que presentaban peligrosas mutaciones. El éxito de Valve es una de las mejores experiencias cooperativas de todos los tiempos y un clásico que esperemos algún día tenga nuevas entregas.
Otro ejemplo de que el apocalipsis también puede ser abordado de manera delirante. Aunque la saga de Keiji Inafune cuenta con varias entregas estamos en disposición de afirmar que la primera de todas fue la más memorable, con el carismático Frank West atrincherado en un centro comercial infestado de zombies a los que era posible abatir de maneras ciertamente creativas. Las tiendas suponían una fuente inagotable de artilugios que, por sí solos o combinados, podían causar estragos entre sus filas. Bates de baseball con pinchos, motosierras, cortacéspedes… en nuestro banco de herramientas estaba el límite.
The last of Us era una auténtica MARAVILLA
No son juegos que me enloquezcan. Salvo The Last of us, RE y TwD, el resto no dieron la talla en muchos aspectos.