Análisis de Borderlands 3: Más allá de Pandora

No es fácil llegar a sorprenderse con el último juego de Gearbox, especialmente si hemos ejercido de busca-cámaras en el pasado. La tercera entrega de Borderlands supone un alarde de honestidad por parte del estudio que en ningún momento ha intentado reinventar la saga o hacer creer a los aficionados que este nuevo viaje a Pandora pondría patas arriba todo lo que conocemos de ella. Más bien todo lo contrario, pues el título que tenemos entre manos se ha esforzado por ampliar y perfeccionar una fórmula que lleva funcionando de maravilla desde el debut de la primera entrega en 2009.

Esto significa que la aventura nos volverá a instar a disparar a todo lo que se mueva mientras saqueamos cualquier rincón del escenario susceptible de atesorar valiosos botines en forma de armas, accesorios o dinero contante y sonante. Una nueva oportunidad de convertirnos en leyenda recorriendo a pie o sobre ruedas extensos mapas divididos en diferentes áreas y donde los bandidos y las más mortíferas criaturas acecharán a cada paso.

Si Borderlands 3 es tan disfrutable es precisamente por esa familiaridad que desprende desde el primer minuto de juego. Es más, atesora tantos guiños a sus predecesores y nos reúne con tantos viejos conocidos que si se tratase de una expansión de la segunda parte nos hubiese dejado un magnífico sabor de boca. Nada más lejos de la realidad, por supuesto, ya que el título además de tener una escala mareante también ha sabido recuperar ese espíritu alocado que define su propuesta e introducir nuevos personajes que poco o nada tienen que envidiar a algunos de los mejores de cuantos nos hemos cruzado.

Todo esto también tiene una contrapartida, y es que aquellos que en el pasado no encontrasen el atractivo a la serie no hallarán alicientes para darle una nueva oportunidad. Además, el juego vuelve a mostrar su mejor cara cuando se disfruta en cooperativo de ahí que los jugadores que prefieran las experiencias en solitario no van a sacarle el máximo partido.

En cierto modo no hubiese sido justo que sus responsables hubiesen renunciado a su estilo tan particular a fin satisfacer a un mayor número de jugadores, y más teniendo en cuenta que Borderlands siempre ha tenido una comunidad que ha destacado por su gran fidelidad. Serán precisamente los más veteranos los que sepan valorar aquellas mejoras que se han implementado en un título que ha sabido escuchar y ha actuado en consecuencia.

En primer lugar se ha tratado de ofrecer una mayor diferenciación entre los protagonistas, que cuentan con características únicas y que condicionarán nuestra manera de combatir por lo que elegir entre uno u otro requerirá de cierta meditación. Tendremos una sirena con asombrosos poderes, un pistolero capaz de distraer a los enemigos con señuelos de sí mismo, una artillera que podrá desplegar un destructivo mecha y un domador de bestias que contará con su inestimable ayuda en las refriegas. Todos son muy originales y los podremos personalizar gracias a un sistema más flexible y que incluye un árbol de habilidades enorme que nos permitirá aplicar múltiples destrezas según vayamos ganando experiencia hasta lograr la versión más exclusiva de nuestro héroe.

La jugabilidad también ha sido retocada, sobre todo en lo que se refiere al gunplay ofreciendo un manejo de nuestras armas y poderes más preciso. La conducción, en cambio, apenas ha sido modificada por lo que sigue presentando serias dificultades para controlar los vehículos si bien sospechamos que los desarrolladores están encantados poniéndonos las cosas un poco más difíciles ya que en cierto modo nuestros accidentados viajes serán un fiel reflejo del desenfreno que impera en el título.

Es en el diseño de las armas donde el juego vuelve hacer gala de una ambición sin precedentes, poniendo a nuestra disposición un sinfín de pistolas, subfusiles, ametralladoras, escopetas, rifles de francotirador o lanzagranadas con atributos muy diversos. No encontraremos dos modelos iguales, de ahí que no sólo sea importante añadir a nuestro arsenal el armamento más potente, sino también el que más se ajuste a nuestras necesidades y por supuesto con el que nos sintamos más cómodos.

La historia principal nos llevará a unirnos a una nueva facción cuyo objetivo no es otro que dar caza a los Gemelos Calypso, quienes están uniendo a los clanes de bandidos creando un poderoso ejército que amenaza con dominarlo todo. Son los villanos de la función y su magnética personalidad no oculta la influencia que el fenómeno de los influencers y los youtubers ha tenido a la hora de darles forma. Su presencia contribuye a que los diálogos sigan siendo mordaces y salpicados de humor negro. No son Jack el Guapo, son algo nuevo y nos han convencido.

Darles caza implicará abandonar Pandora para explorar otros planetas, algo muy de agradecer ya que otorga una gran variedad al juego. En total son seis mundos los que podremos visitar, cada uno con una flora y fauna diferentes, lo que promueve el uso de paletas de colores más refrescantes y la aparición de enemigos más diversos.

Irán estando disponibles según vayamos superando las misiones principales, y en cada uno de ellos se irán abriendo una gran cantidad de misiones secundarias. Algunas de ellas son realmente buenas y nos arrancarán más de una sonrisa, si bien hemos encontrado otras que caen en la repetición reciclando zonas ya exploradas. Por fortuna Borderlands 3 equilibra muy bien el grado de experiencia y el nivel de desafío, por lo que si preferimos completar el grueso de la campaña de un tirón y luego completar el resto de encargos no encontraremos inconveniente alguno.

En todo caso, una vez derrotemos a los Calypso seguirá quedando juego para rato. Cada localización esconde infinidad de secretos y coleccionables, y los que busquen retos de envergadura tendrán a su disposición modos de juego extra con los que probarse. Hablamos del Círculo de Masacre, en el que deberemos acabar con oleadas de enemigos que irán aumentando su dificultad, y Campo de Pruebas, mazmorras en las que aguarda un serio oponente. Por si esto fuera poco, también podremos empezar de cero con un grado de dificultad todavía más alto.

Técnicamente Borderlands 3 mantiene el tipo aunque hemos experimentado algunas ralentizaciones puntuales, una carga de texturas bastante lenta al acceder a nuevas áreas y algún que otro bug propio de los juegos de mundo abierto.

A nivel gráfico el juego ha evolucionado, y aunque en ocasiones su característico estilo cel shading no permite apreciarlo a primera vista si lo comparamos con las anteriores entregas nos daremos cuenta de que ha ganado en detalle y cuenta con efectos más variados y absorbentes. En lo sonoro también brilla, especialmente en lo que respecta a la banda sonora y a un doblaje al castellano de nuevo muy cuidado.

Gearbox se ha tomado su tiempo para desarrollar la nueva entrega numerada de su saga estrella. Aunque han sido sumamente conservadores no se puede negar que se han aplicado en ofrecer un título de lo más completo y que ha intentado satisfacer las peticiones de sus fans. Mapas de mayor complejidad, jefes finales más acertados y que sacan más partido al campo de batalla, un modo cooperativo en el que los jugadores pueden colaborar para hacerse con los botines o competir para llevarse las mejores piezas… Multitud de aspectos que confluyen en una propuesta muy divertida, incapaz de decepcionar y que mantiene el legado de la serie intacto.

 

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