Es curioso cómo aquellos géneros que una vez amenazaron con saturar el mercado pueden acabar cayendo en el olvido con inusitada facilidad. La tecnología avanza a pasos agigantados y posibilita el planteamiento de nuevas fórmulas con las que alterar las tendencias del ocio electrónico. Aventuras como la de Sir Daniel Fortesque eran a finales de los noventa una perfecta muestra de un paradigma que ha quedado en desuso, desplazado por otras propuestas en las que la acción desenfrenada supera a la resolución de rompecabezas y el realismo extremo acostumbra a ganar la partida a la fantasía más delirante.
Lo que una vez fue la norma con el paso de los años se ha convertido en una rara avis que despierta la curiosidad de las nuevas generaciones, atraídas por el sello de obra de culto de estas envejecidas producciones, y genera un súbito ataque de nostalgia a aquellos que disfrutaron de pequeñas grandes joyas como MediEvil, por méritos propios uno de los títulos más queridos de la primera PlayStation.
Tras la excelente recepción de Crash Bandicoot N. Sane Trilogy y Spyro Reignited Trilogy, que trajeron de vuelta a dos de las mascotas más memorables de su generación, era de esperar que Sony decidiese sacar de su tumba a su esquelético paladín, que a pesar de los años transcurridos desde su última aventura sigue gozando del cariño de los aficionados.
Al igual que ocurría con los títulos antes citados MediEvil es a la vez un remake y una remasterización, ya que aunque respeta con gran devoción el diseño de niveles del juego de SCE Cambridge Studio presenta un apartado gráfico totalmente renovado y ciertas mejoras en los controles y en la cámara. Ni que decir tiene que es en lo puramente visual donde lo nuevo de Other Ocean se antoja irresistible, alcanzando un nivel de detalle inédito en la saga y a la vez manteniéndose fiel al estilo burtoniano en el que reside gran parte de su personalidad.
Este lavado de cara se ve potenciado por la variedad de escenarios y de enemigos de los que hace gala un título en el que atravesaremos pasajes subterráneos, cementerios y fortalezas a lo largo de una veintena de niveles que conforman la redención de Sir Dan, un caballero resucitado accidentalmente por el hechicero Zarok y que deberá hacer frente a hordas de demonios para salvar el reino de Gallowmere y recuperar su honor.
La historia, que no ha cambiado un ápice, será la excusa para emprender un viaje en el que no sólo deberemos empuñar la espada sino también explorar los entornos en busca de secretos ocultos, superar obstáculos y resolver múltiples acertijos antes de proseguir nuestro camino. Una agradable mezcla de elementos que hacen que sea muy difícil aburrirse.
Como era de esperar el juego hereda muchos aspectos del clásico, y no todos han envejecido igual de bien. Por un lado tenemos un sistema de combate que es simple pero efectivo, con ataques cuerpo a cuerpo y a distancia y permitiéndonos empuñar una gran variedad de armas -ahora podremos cambiar de la principal a la secundaria pulsando un botón- cada una con sus propias características. Por otro, un control del personaje no tan optimizado como cabría esperar y una cámara que pese a haber sido revisada se siente pesada y que acostumbra a dejarnos vendidos en ciertas zonas.
Otra de las particularidades que nos recuerdan los años transcurridos desde el lanzamiento de MediEvil son los puntos de guardado, inexistentes en el transcurso de los niveles lo cual implica volver a empezar desde el principio cada vez que mordamos el polvo. Considerando que la dificultad del título no es del todo gradual y que hay jefes finales más duros que otros es probable que buena parte de los jugadores reciban su ineludible dosis de frustración.
Resulta evidente que muchos de los puntos más criticables de MediEvil podrían haberse revisado, a fin de añadir un mayor número de novedades a la aventura y actualizar aquellas mecánicas que demandaban una puesta al día. Sin embargo, también hay que considerar que no estamos ante una nueva entrega de la saga o una reimaginación del clásico, se trata de una nueva versión que más allá de resultar de lo más vistosa prometía recuperar muchas de las sensaciones que experimentamos allá por 1998. Si Vicarious Visions nos hubiese devuelto a Crash Bandicoot suavizando la dificultad de sus primeros juegos, ¿hubiese respetado la esencia de estas obras irrepetibles?
Es comprensible que el tema genere cierta controversia. A nosotros también nos hubiese gustado que el juego se hubiese mostrado más sólido a nivel técnico -sí, nos hemos topado con diversos bugs- y, por pedir, que hubiese incluido también la segunda aventura de Sir Daniel. Pero también hemos de tener en cuenta otros apartados que dejan un gran sabor de boca como el sonoro, con una deliciosa banda sonora que ha vuelto a grabarse para garantizar la mayor calidad y unos doblajes al castellano renovados y muy cuidados.
MediEvil sigue siendo divertido, desafiante y más rejugable que nunca gracias a los nuevos desafíos que se han incluido en forma de minijuegos para aquellos que sepan dónde buscar. Tiene sus problemas, algunos bastante evidentes, pero muy pocos que su encanto y su sentido del humor no puedan paliar. Quién sabe si el afecto de los fans a este pedacito de historia de PlayStation anima a Sony a dar continuidad a una saga que merecería tener su lugar en los sistemas actuales y así seguir creciendo al son de los grandes exclusivos de la compañía.
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Esto es nostalgia pura y dura, muy buenos momentos los que pasamos con Sir Daniel.
Con remakes así da gusto volver a estos juegos clásicos, todo lo que sea remake y no remastered por mí, bienvenido sea
Por qué el original no se incluyó en la Playstation classic? Me hubiera gustado tenerlo, me parece que es tan mítico como metal gear o resident evil!!