La distopía televisiva basada en la novela homónima de Philip K. Dick ha llegado a su fin. Han sido cuatro temporadas en las que la serie de Amazon nos ha mantenido enganchados a este universo alternativo en el que los Aliados perdieron la guerra y las principales potencias del Eje se repartieron el control de lo que en su día fueron los Estados Unidos.

Su conclusión, abierta y con algunas escenas un tanto ambiguas, ha dividido a los fans. No todos han entendido el cierre de algunas de las tramas clave de la ficción, algo que ha levantado ampollas teniendo en cuenta que el equipo de guionistas confirmó que conocían la cancelación de la serie antes de sentarse a esbozar el desarrollo de la última temporada. Tiempo más que suficiente para asegurarse de que todas las piezas encajaban en su debido lugar poniendo punto y final a una producción que debutó allá por 2015.

David Scarpa, showrunner de The Man in the High Castle, quiso defender en una entrevista concedida al medio EW la decisión del equipo de no ofrecer todas las respuestas y así dar la oportunidad a los espectadores de elaborar sus propias interpretaciones. Esto, según indica, va en consonancia con los trabajos de algunos grandes autores de la ciencia ficción e incluso pone de ejemplo la película Blade Runner, en la que su director Ridley Scott deja en el aire algunas cuestiones como por ejemplo si su protagonista es en realidad un replicante o no.

Está claro que su aclaración no convencerá a todo el mundo y que la serie se unirá a tantas otras que ya fueron acusadas de evitar ofrecer un final definitivo y convincente. A continuación vamos a tratar de explicar algunos de los sucesos más crípticos del último episodio de The Man in the High Castle y también repasar aquellos puntos que hubiesen necesitado de un epílogo.

Libre circulación entre los mundos

Juliana no mentía, algo grande estaba a punto de suceder. La apertura del portal y la llegada de múltiples viajeros anónimos es uno de los momentos más trascendentales de la conclusión de The Man in the High Castle y a la vez el que nos deja el mayor número de incógnitas. El gran proyecto de John Smith, que implicaba la conquista de otros mundos por las fuerzas del Reich y su única posibilidad de recuperar a su hijo, puso los cimientos de un nuevo orden mundial. Tal y como han reconocido los responsables de la serie, esta puerta entre universos quedaría por siempre abierta, lo cual supondría una vía segura que cualquier individuo podrá utilizar para saltar entre las distintas dimensiones sin restricción alguna. Hablamos de dos mundos conectados de tal forma que podrían pasar a considerarse como uno solo, una idea cuyas innumerables repercusiones quedan a merced de la imaginación de los espectadores.

La muerte de Smith

La cuarta temporada de The Man in the High Castle ha estado muy ligada a la figura de John Smith, relatándonos sus inicios como oficial del ejército tras la ocupación alemana y las acciones más reprobables que propiciaron su imparable ascenso. En sus últimos momentos el propio Reichsführer se preguntaba en voz alta cómo era posible que hubiese llegado a esos extremos, y más conociendo la integridad de una de sus otras versiones. Roto por la muerte de Helen y sabiéndose perdido, Smith pone fin a su vida con su pistola dejando en manos de sus enemigos el destino del país y la tecnología para viajar entre universos. Para él ya no había marcha atrás.

El sacrificio final de Helen por su familia

Si bien es cierto que la señora Smith nunca llegó a respaldar abiertamente los planes de exterminio de su marido no debemos olvidar que durante años gozó de una envidiable posición social evitando inmiscuirse en los asuntos de estado. Acostumbrada a escudarse en el bienestar de su familia para justificar esa permisividad de la que hacía gala a Helen no le resultó sencillo recibir la reprimenda de su propia hija en una explosiva conversación en la que le recordó que ella tampoco estaba libre de pecado. Un momento decisivo en la serie ya que propició el empujón que necesitaba para aceptar la oferta de Juliana y traicionar a su marido a fin de garantizar la fuga a la zona neutral de sus vástagos. Que nadie se engañe, en el momento en el que subió al tren rumbo a la base de Pocono sabía perfectamente cuál sería su destino, de ahí que por fin se permitiese hablar a John con franqueza.

La expiación del inspector Kido

No es que el personaje se arrepintiese de las atrocidades cometidas contra la población civil durante sus años de servicio en el Kenpeitai, al fin y al cabo el inspector siempre veló por los intereses del Imperio utilizando cualquier medio a su alcance. Sin embargo, Kido acabó sintiéndose responsable de las desdichas de su hijo, consciente de su exigencia como padre y de los años que pasó alejado de su familia. Por esta razón acabó ofreciendo sus servicios a la Yakuza, la única vía para pagar la deuda de Toru y garantizar que el joven tuviese sitio en el barco con destino Japón. Como la mano derecha de Okami, Kido se condenó a permanecer en América en vez de regresar a casa. Sólo podemos hacer conjeturas sobre su nueva vida en un país liberado del yugo nipón y en el que no hizo amigos.

El sueño cumplido de Childan

Otro que recurrió a la Yakuza para solucionar sus problemas fue el bueno de Childan, cuyo único objetivo era obtener un billete hacia Japón y así reunirse por fin con Yukiko. Su tienda y las antigüedades que habían quedado intactas tras los registros de las autoridades fueron un precio justo dadas las circunstancias. El anticuario tenía asumido que una vez llegase al país del sol naciente se convertiría en un ciudadano de segunda, sin embargo su predilección por esta cultura y su cariño hacia su antigua asistente justificaban asumir los riesgos que implicaba el traslado. Podemos hablar de final feliz.

El adiós del hombre en el castillo

La victoria de la resistencia y el asalto a la fortaleza de las montañas Pocono supuso la liberación de Hawthorne Abendsen. Abatido por la muerte de su amada esposa, que no pudo soportar ver cómo su marido traicionaba sus más altos ideales para protegerla, el apodado Hombre en el Castillo se fundía en un abrazo con Juliana poniendo punto y final a su participación en la guerra tras años de esfuerzos enfocados a la difusión de sus preciadas películas. Con el portal abierto y sin nadie que le atase a su realidad, Abendsen decidía internarse lentamente en el portal dispuesto a explorar otros mundos en los que, quién sabe, podría reencontrarse con su mujer. La última conversación que mantuvieron en su celda nos dejaba algunas pistas sobre este posible reencuentro, en especial aquella mención al lugar donde se conocieron y donde siempre podría encontrarla.

¿El fin del Reich americano?

Al ser informado sobre la muerte de John Smith, el General Whitcroft optaba por cancelar el ataque a los estados de la Costa Oeste retirando a las unidades aerotransportadas que se disponían a saltar sobre las principales ciudades. Su primera decisión como Reichsführer en funciones y el acto simbólico de quitarse la Cruz de Hierro y dejarla sobre la mesa nos hizo pensar que se avecinaban muchos cambios. Y es que justo antes del viaje de Smith a Berlín el propio Whitcroft instó a su superior a romper con Himmler y proclamar la independencia del régimen americano, ya que contaban con capacidad nuclear y los suficientes recursos militares como para garantizar su defensa. Aunque la serie no cuenta con un epílogo que aporte más información al respecto todo apunta a que este alto mando por fin pudo ejecutar su plan, devolviendo al país parte de su identidad y esperemos que rompiendo con los preceptos del nazismo.

Un país desunido

Los rebeldes comunistas negros tuvieron buena culpa de la retirada de las fuerzas japonesas de los estados del oeste. Sus repetidos ataques a objetivos estratégicos forzaron al Imperio a reconsiderar su control del territorio dado el gran coste que supondría volver a asegurar su supremacía. Tras la marcha de los nipones y la renuncia de los alemanes a entrar en batalla la victoria de la resistencia fue total, lo que no significa que el país recuperase la unidad de antaño. Los rebeldes negros reconocieron no guardar ningún cariño a la bandera de los Estados Unidos ni a todo aquello que representaba, ya que aquellos que todavía recordaban cómo eran las cosas antes de la guerra tenían muy presente que la represión racial que tuvo que soportar su gente no difería tanto de la ejercida por los japoneses durante la ocupación. De ahí que se mantuvieran firmes en sus planes de fundar un estado propio e independiente del resto.

El destino incierto de los ‘otros’ Helen y Thomas

La intromisión de los agentes nazis en la dimensión paralela dejó importantes cicatrices en las vidas de las otras versiones de varios de los protagonistas. Mención especial merece la familia alternativa del antaño Reichsmarshall, que tendrá que lidiar con la desaparición del cabeza de familia -asesinado por el esbirro de Smith– y la intervención del joven Thomas en la Guerra de Vietman. Nunca sabremos si el muchacho sobrevivió al conflicto, algo en lo que su padre no confiaba en absoluto, pero lo que es seguro es que a la desdichada Helen le esperaban tiempos difíciles.

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