El universo DC siempre se ha sentido cómodo en la pequeña pantalla. De hecho, en los últimos años son muchos los personajes de la prestigiosa editorial que se han prodigado en un medio en el que han convivido series tan diversas como Doom Patrol, Arrow, Supergirl, Legends of Tomorrow, Krypton, Black Lightning, The Flash o Swamp Thing.
Pese al notable rendimiento de muchas de ellas no todas consiguieron transmitirnos las buenas sensaciones de Titanes, la serie de 2018 inspirada en las historietas de Teen Titans y cuya primera tanda de capítulos presagiaba un futuro cuanto menos prometedor para este grupo de héroes tan resuelto como disfuncional.
Era de esperar que su segunda temporada generase un profundo interés entre los aficionados al género, conscientes de que se trataba de una oportunidad de oro para que la ficción se consolidase una vez presentados sus personajes principales y sus extraordinarias capacidades. 13 nuevos episodios que si bien no han resultado ser tan redondos como cabía esperar sí que continúan explotando algunos de los grandes atractivos de la serie. De ahí que sea un buen momento para comentar los aciertos y los errores del esperado regreso de Titanes.
Error – Un primer episodio desconcertante
Seamos claros, el primer episodio de la segunda temporada debería haber sido el último de la primera. Al parecer algunos cambios de última hora forzaron a los guionistas a aplazar la conclusión de la trama principal hasta la reanudación de la serie, cuando por fin pudieron dar carpetazo a la línea argumental de Raven y su malévolo padre con un episodio acelerado y muy poco emocionante. De hecho la batalla final contra el demonio Trigon ni siquiera abarcaba todo el metraje, dejando buena parte del mismo para presentar el verdadero punto de partida de la temporada. No cabe duda de que un enemigo tan formidable merecía mucho más, una confrontación que hubiese dado la puntilla a una primera temporada que pedía a gritos un cierre por todo lo alto.
Acierto – Apostando todo al negro
Para convertir a Titanes en un nuevo referente televisivo del universo DC había que echar toda la carne en el asador. O lo que es lo mismo, introducir personajes de cierta envergadura además de otros elementos que pudieran ser identificados al instante por los fans más entregados de este sello editorial. La irrupción de un villano tan icónico como Deathstroke es una buena muestra de la ambición con la que los responsables de la serie han abordado esta segunda temporada. El mercenario, que cuenta con recursos suficientes como para poner en aprietos al mismísimo hombre-murciélago, a punto estuvo de provocar la disolución de un grupo de superhéroes en el que siempre hay hueco para miembros de la talla de Superboy. El joven Conner, además de ser un estupendo fichaje, protagonizaba un episodio espectacular que hacía hincapié en sus orígenes y que resultó ser de lo mejorcito de esta continuación.
Error – Héroes dispersos
Era de esperar que los nuevos capítulos desarrollasen las historias individuales de los distintos integrantes de los Titanes, sin embargo resulta evidente que las distintas tramas de las que se compone la temporada han perdido cohesión. La huida de Conner, las tensiones de Kory con su hermana, el incontrolable poder de Raven, las dificultades de Dawn y Hank para recuperar su vida… son historias que transcurren de forma paralela sin contribuir a formar un bloque argumental sólido. Por otro lado, a medida que el argumento se endurece los personajes adolescentes como Raven, Beast Boy, Rose o Jason ven minimizada su trascendencia en los acontecimientos en beneficio de algunos pesos pesados como Dick o Donna.
Acierto – Bruce Wayne entra en juego
La presencia de Iain Glen en el papel de Bruce Wayne ha sido uno de los grandes deleites de la temporada. El alter ego de Batman requería de un intérprete con carisma y que resultase convincente a la hora de meterse en la piel de una leyenda de este calibre. Por muy puntuales que hayan sido sus apariciones lo cierto es que la estrella de Juego de Tronos sabe apoderarse de todas las escenas en las que interviene y en las que realiza múltiples guiños al peculiar carácter del justiciero de Gotham. En algunas de ellas la serie trata de explotar el lado más paródico del mentor de Dick y Jason, de ahí que su numerito con las chicas en el episodio en el que su pupilo es devorado por los remordimientos nos vaya a perseguir durante mucho tiempo.
Error – Una historia predecible
La segunda tanda de episodios ha perdido la frescura de los primeros compases de la ficción. Las nuevas tramas se han desprendido de ese halo de misterio que sí envolvía a la serie en sus inicios, cuando nos presentaba a una niña de aspecto tenebroso que huía de un oscuro culto, a una poderosa alienígena desprovista de memoria, al legendario Robin incapaz de reconciliarse con su pasado o a dos justicieros que se resistían a volver a enfundarse sus trajes de patrulla. Ni el plan oculto de Deathstroke ni las maquinaciones de Cadmus salvan una historia que avanza a trompicones y que no logra seducirnos como antaño.
Acierto – El gran momento de Nightwing
La transformación de Dick en Nightwing se hizo esperar más de la cuenta. No bastaba con quemar el viejo traje de Robin, el que una vez fuera el fiel compañero de Batman tenía que hacer frente a sus demonios para completar la inevitable metamorfosis, desligarse de la sombra de su antiguo mentor (al menos si obviamos que fue el propio Wayne quien eligió su nuevo uniforme) y forjar una identidad propia. Con ella, Grayson fue capaz de vencer al temible Deathstroke y erigirse como el líder que los Titanes necesitaban.
Error – Mucho drama y poco sentido común
Estamos acostumbrados a que las producciones bajo el paraguas de DC Cómics tomen un cariz dramático, sin embargo no todo lo que acontece en Titanes se rige por las leyes de la lógica. Sí, la muerte del hijo de Deathstroke es trágica pero acercarse al chico fue una estrategia consensuada por todos los miembros del grupo para llegar hasta el mercenario, por eso no entendemos del todo que la mayoría del elenco se pase una decena de episodios atravesando a Dick con la mirada sin asumir su responsabilidad en lo sucedido. Un recurso irritante de los guionistas para inyectar algo de tensión en el argumento que nos ha convencido tan poco como la forma en la que introducen a Conner en los Titanes, con un primer encuentro cogido con alfileres que se producía cuando Deathstroke arrojaba a Jason al vacío justo cuando el muchacho deambulaba por la calle sin nada mejor que hacer que salvar al enmascarado. Y hablando de Superboy, ¿por qué a nadie se le ocurrió llamar a la Liga de la Justicia nada más descubrir que existe un clon de Superman y Lex Luthor herido y desorientado? Mira que lo hemos intentado pero no hemos conseguido dar una explicación plausible a algunos de los puntos clave de la temporada.