AMC parece ir muy en serio con el universo expandido de su popular franquicia. Con la serie principal dando sus últimos coletazos tras nada menos que diez temporadas en antena la cadena quiere asegurar el futuro de la licencia con nuevas producciones que van desde películas y spin-offs centrados en algunos de los personajes insignia hasta producciones totalmente nuevas. Si las aventuras de Rick, Daryl y Carol llevan ya un tiempo conviviendo con las peripecias de Alicia, Víctor y Morgan en la irregular Fear The Walking Dead ahora le ha llegado el turno a World Beyond, que aborda el apocalipsis desde una perspectiva más juvenil. ¿Quieres caldo? ¡Pues toma tres tazas!
La serie, que presenta un plantel inédito en The Walking Dead, se ha esforzado por establecer múltiples vínculos con lo visto anteriormente. A lo largo de su primera tanda de capítulos hemos conocido algo más de la República Cívica Militar y de la misteriosa Alianza de los Tres, que tendrá una importancia capital en todo lo que está por llegar. Aunque todavía no está muy claro qué papel jugará la joven Hope en los planes de Elizabeth Kublek, tanto ella como su pequeña tropa han empezado a comprender que su mundo ha cambiado irremediablemente.
Su episodio final ha sido uno de los más tensos de cuantos se han emitido y nos ha ofrecido diversas pistas de cara a una segunda temporada que ya ha sido confirmada. En todo caso, varias de las principales revelaciones no nos han convencido del todo, haciendo que nos cuestionemos el sentido de algunos de los acontecimientos que han marcado el viaje de las hermanas Bennett y los suyos. A continuación vamos a repasar algunos de los puntos que nos han dibujado una mueca en la cara durante la esperada conclusión.
Cuidado que a partir de aquí entramos en territorio de spoilers.
Una proposición irrechazable
Tal y como imaginábamos el valioso activo que la República Cívica codiciaba por encima de todo no era otro que la propia Hope, una adolescente con unas capacidades extraordinarias y que podría aportar mucho al futuro de la civilización. Su plan para atraerla hasta ellos consistía en simular unos mensajes muy poco tranquilizadores de su padre que la impulsasen a ir a su encuentro y rescatarlo en caso de que estuviese en peligro.
Un ardid de gran complejidad y que contaba con la participación de Huck, una infiltrada que haría todo lo posible por ganarse su confianza y distanciarla de sus amigos. Si tenemos en cuenta que la marcha del doctor Bennett había dejado a Hope sin una figura paterna, hemos de preguntarnos si no hubiese sido mucho más fácil que Elizabeth Kublek o alguno de sus socios hubiera propuesto a la joven visitar su centro de operaciones y quedarse un tiempo con su progenitor. A juzgar por la devoción que el personaje de Alexa Mansour profesaba a Leopold, estamos seguros de que hubiese aceptado encantada montarse en el helicóptero.
A esto hay que sumarle que la decisión de enviar al doctor a trabajar a sus instalaciones apartándolo de sus hijas se antoja muy poco juicioso. Teniendo en cuenta que su investigación se considera de vital importancia y que se le ha proporcionado un hogar con no pocas comodidades, no nos cuadra que su traslado no incluyese a su familia como hubiese hecho cualquier gran empresa a la hora de captar talento. Al fin y al cabo, tanto Hope como Iris tienen aptitudes más que de sobra para ser miembros muy productivos de su iniciativa.
Una matanza gratuita
Nos bastó el episodio piloto para estar seguros de que Elizabeth y su escuadrón no estaban para bromas. Poco después de que Iris, Hope, Silas y Elton dejasen atrás la seguridad de los muros de su próspera comunidad éramos testigos de cómo los soldados de la República traicionaban a sus anfitriones y llevaban a cabo una brutal carnicería en la que no dejaban a nadie con vida.
Gracias a una última conversación entre Kublek y su hija descubrimos que su objetivo no era otro que impedir que alguien de la ciudad pudiera ir tras los jóvenes al percatarse de su fuga. Un acto reprobable pero también un tanto exagerado, y más teniendo en cuenta que Félix y Huck ya habían partido en su busca al ser los más experimentados en este tipo de cometidos.
Por otro lado, puestos a eliminar a todo hombre, mujer y niño del lugar, hubiese sido mucho más sencillo llevarse a Hope por la fuerza en vez se inducirla a emprender una misión que pondría en grave riesgo su vida sólo para que su infiltrado tuviese la oportunidad de conducirla hasta ellos con mentiras y falsas promesas.
No fue culpa tuya, Silas
La jugada más rastrera de Huck para dividir al grupo y mantener su coartada implicó el asesinato del tío de Percy y la apresurada huida del joven, no sin antes recibir un balazo. Durante un par de capítulos la serie sembró la duda de si había sido Silas quien, en uno de sus ataques de ira, había perpetrado esta fechoría.
El pasado traumático del personaje, sus episodios de violencia y los celos por la estrecha relación entre Iris y Percy apuntaban en esa dirección. Haberlo encontrado semiinconsciente y con la ropa ensangrentada al lado del cadáver tampoco ayudó a despejar las sospechas de Félix, si bien el bueno de Elton jamás dudó del buen fondo de su compañero.
El caso es que si Silas fue testigo del tiroteo y de la traición de Huck, no nos acaba de cuadrar que sufriese un shock como en aquellas ocasiones en las que perdió el control de sus actos. Que no guardase recuerdos de lo ocurrido fue muy conveniente para mantener el misterio, pero también resulta extraño que no se enfrentase a la agresora. No podemos olvidar que su carácter le inducía a proteger a sus seres queridos tal y como demuestra en los instantes finales de la temporada, dejando que lo capturasen para dar tiempo a sus camaradas para ponerse a salvo.
Como es evidente todos estos giros han contribuido a que la temporada haya sido más imprevisible y por tanto más entretenida. Sin embargo, el guión no está exento de torpezas que en cierto modo han traicionado la premisa de The Walking Dead: World Beyond, una de las series más ambiciosas del año y que si nada se lo impide ha llegado para quedarse.