El éxito cosechado por la primera serie del universo Marvel en llegar a Disney+ no es sólo una buena noticia para la emergente plataforma, también para unos estudios que acostumbran a jugar sobre seguro a la hora de dar forma a sus grandes producciones cinematográficas y que hacía tiempo que no corrían tantos riesgos para ejecutar su visión creativa.
Tal vez la opción más sensata hubiese sido comenzar el año con Falcon y el Soldado de Invierno, una serie mucho más alineada con el tipo de espectáculo al que la audiencia está acostumbrada a ver desde una butaca y que hubiese otorgado cierta sensación de continuidad tras los eventos que cerraron la llamada saga del infinito. Sin embargo, Kevin Feige y su equipo han sido valientes y han apostado todo al rojo, al color que inunda los ojos de Wanda cada vez que algo va a ocurrir.
Y vaya si ha ocurrido. Con sólo nueve episodios Bruja Escarlata y Visión nos ha recordado que el exuberante legado de La Casa de las Ideas se presta a un continuo ejercicio de innovación, a retorcer los personajes que tan bien conocemos y a explorar nuevos formatos con los que dar vida a sus mejores historias. Porque el duelo de la gemela Maximoff se podría haber contado de muchas formas, pero hacerlo a través de un viaje a la edad de oro de la comedia de situación roza la más absoluta genialidad.
Sobra decir que de ninguna manera se nos escapa la ironía de que este encantador homenaje a la ficción televisiva tenga lugar coincidiendo con el arranque de este nuevo ciclo marvelita que aspira a conquistar también la pequeña pantalla. La serie ha hecho gala de la asombrosa capacidad de transmutar semana a semana, saltando de década en década en lo que parecía un simple divertimento pero a la vez entretejiendo una red más compleja y oscura que sólo se hizo visible en una recta final tan trágica como emocionante.
Si bien la traumática experiencia de la protagonista ha logrado desatar toda la magia que la hechicera atesoraba en su interior, ha sido su forma de lidiar con la pérdida lo que ha convertido a Wanda en una de las figuras de Marvel más humanas de cuantas nos han presentado. Un proceso doloroso pero que le ha permitido conocerse a sí misma y aprender a conciliar su pasado con su presente y futuro.
El interés que ha suscitado la trama no sólo ha tenido que ver con los misterios escondidos en lo más profundo de Westview, sino también en las implicaciones que la fantasía vintage de la (anti)heroína tendrán en los próximos estrenos de la franquicia. Si la sentida despedida de Visión conllevaba un más que probable regreso del personaje, es de esperar que Monica Rambeau o Agatha también hayan venido para quedarse y apunten a proyectos de gran envergadura como Capitana Marvel 2 o Doctor Strange y el Multiverso de la Locura. En esta última ya ha sido confirmada la irrupción de la Bruja Escarlata, un título que por fin le ha sido atribuido y que a partir de ahora definirá su identidad.
Ma-ra-vi-lla