‘Falcon y el Soldado de Invierno’: Sam y Bucky necesitaban terapia y les dieron una serie

Esta crítica no contiene spoilers

Marvel vuelve a sus orígenes: la mezcla perfecta entre acción y comedia con corazón. Esto no es una caja china llena de secretos y enigmas que descifrar como Bruja Escarlata y Visión. A nivel de estructura narrativa si se quiere es menos valiente que su predecesora, que fue todo un torbellino en el MCU. Pero eso no significa – ni de lejos- que esta tenga algo que envidiar a aquella. Falcon y el Soldado de Invierno es un poco como volver a casa para el fan marvelita.


Cuando se anunciaron las nuevas series para Disney+ lo primero que pensé es que a Wanda, Falcon y Bucky en realidad más que una serie, necesitaban un psicólogo. Al final está resultando, como en todas las buenas narraciones que la terapia les está llegando en forma de episodios. A unos más literalmente que a otros, eso es verdad.


Porque si Bruja Escarlata y Visión iba del duelo, de la pérdida y de la depresión. Falcon y el Soldado de Invierno, entre escena de lucha espectacular y coreografía de acción impactante, nos habla de expectativas, de la imagen que tenemos de nosotros mismos, de cómo reconciliarnos con nuestro pasado y con nuestro presente. En definitiva, de como recomponernos cuando estamos rotos y parece que seguimos teniendo el mundo en contra por mucho que lo intentemos, por muy bien que lo hagamos.

Oh capitán, mi Capitán


Esto no significa que el humor esté fuera de la ecuación, esas pinceladas entre irónicas y absurdas que caracterizan el humor de Marvel están ahí para hacer las delicias de los fans y ya ha quedado claro solo con la campaña promocional que pocos dúos hay con mejor química en la televisión actual que Sebastian Stan y Anthony Mack. Además, los dos saben sacar jugo a unos personajes que hasta ahora se habían mantenido en los márgenes de la historia, como marco perfecto del gran Capitán, del héroe por antonomasia: Steve Rogers.


Porque la sombra de Steve Rogers y de su legado es muy alargada en Falcon y el Soldado de Invierno. El hombre, porque sus dos mejores amigos han perdido su piedra de toque; pero, sobre todo, el mito. ¿Qué significaba el Primer Vengador? ¿Cómo honrar esos valores si es que estos continúan vigentes? ¿Lo que daba valor al escudo eran las ideas o era el hombre?


Stan Lee siempre decía que el intentaba escribir personajes que fueran ante todo humanos, aunque luego resultara que tuvieran superpoderes. “Si Aquiles no tuviera un talón, tú no lo conocerías”, sentenciaba. Claramente esto es lo que persigue Falcon y el Soldado de Invierno: insuflar de entidad propia, redondear y dar espacio para crecer a unos personajes que se han ganado su puesto en el universo Marvel a base de carisma puro. Todo esto sin renunciar a las peleas, las investigaciones, las explosiones, los poderes y todo eso que nos gusta tanto del MCU.


La nueva ficción de Disney+ es una serie que mantiene el pulso narrativo, que te dejará sin aliento en las escenas de acción y, por qué no decirlo, te dejará con ganas de darles un abrazo a estos dos pobres que salvan el día, aunque al final ellos salgan perdiendo.

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