Yo nunca ha regresado en una segunda temporada que potencia todos los puntos fuertes de la anterior. Partimos de la base de que se trata de una serie de adolescentes, con todo el drama innecesario que ello conlleva. Vamos, que hay triángulos amorosos (Team Paxton o Team Ben, esa es la cuestión), bailes de promoción y malentendidos varios. El mérito de la serie de Netflix está precisamente en como lo combina con una construcción de personajes cuidada, una gran comprensión de lo difíciles que son aquellos años y toneladas de sentido del humor.
Sigue siendo una comedia ligera, aunque transmite a la perfección esa barrera comunicativa que parece haber entre progenitores y retoños a ciertas edades. Y lo complicado que es ser diferente y mantenerse fiel a uno mismo en unos años en lo que lo único que deseas con todas tus fuerzas es encajar.
John McEnroe continúa de narrador oficial de Devi, y este año se une Gigi Hadid para dar voz a los pensamientos de Paxton. Así, de belleza a belleza. Porque la vida de estos chicos será un drama continuo, pero lo es con estilo. No como la de los pobres mortales que vamos por la vida sin que Tom Hiddleston narre cómo la hemos liado en el trabajo.
Como su protagonista, esta ficción no es perfecta. Pero es valiente. Hay que tener coraje para presentar un personaje principal como Devi, una chica tan llena de rabia, con una vena egoísta bastante desarrollada y llena de dolor. Pero que no cae mal, porque cada vez que se equivoca (y lo hace a lo grande) comprende que las palabras “lo siento” no son un botón mágico que resetee todo e intenta mejorar. Y eso se extiende a todos los personajes. Es muy refrescante que en la llamada edad de la cancelación, una serie reivindique con humor e ironía el derecho a la metida de pata hasta la quijada.
La segunda temporada de Yo nunca no te cambiará la vida, pero sí que te hará reír. Lo que es más importante, la carcajada no vendrá a costa de los protagonistas, sino con ellos. Luego ya, si eso, puedes plantearte qué famoso quieres que sea el narrador de tu vida.