No era un secreto que Christopher Nolan estaba insatisfecho con la política que durante los meses ha tomado Warner Bros. Pictures con respecto a los estrenos. Por eso, a pesar de que esta ha sido la productora que ha financiado sus películas durante casi veinte años, ha decidido llevarse su último largometraje a Universal Pictures.
Cuando Warner anunció su intención de estrenar todos sus grandes títulos simultáneamente en cines y online para adaptarse a los tiempos de pandemia y de paso dar un empujón a su plataforma de streaming, Nolan fue tajante: “Algunos de los cineastas más importantes de nuestra industria y las estrellas de cine más importantes se acostaron anoche pensando que estaban trabajando para el mejor estudio cinematográfico y se despertaron para descubrir que estaban trabajando para la peor plataforma de streaming“. La controversia no tardó en llegar y en su enfado Nolan no estaba ni mucho menos solo, sin ir más lejos Danis Villeneuve ha luchado con ahínco para asegurar el estreno exclusivo de su Dune.
Este enfado con la política de Warner, ha sido el que ha provocado que Nolan haya decidido llevarse la fiesta a otra parte. Y eso a pesar de que su película Tenet no se vio afectada por el cambio y de que sus películas futuras no estaban incluidas en él, el director estaba claramente molesto. Y a río revuelto ganancia de pescadores, como suele decirse. Universal aprovechó la situación para fichar al exitoso director.
Como informa Variety, “llegar a este punto ha supuesto meses de conquista, encuentros clandestinos, grandes promesas y la voluntad de dar un salto creativo con uno de los cineastas más atrevidos, pero también más exigentes, de la industria”. ¿El resultado? Universal financiará con 100 millones de dólares el nuevo trabajo de Nolan, un drama sobre J. Robert Oppenheimer y la creación de la bomba atómica, así como la decisión del personaje de oponerse posteriormente al desarrollo de la bomba de hidrógeno y demandar más control sobre las armas nucleares. El rodaje empezará en 2022.
Asimismo, Nolan habría exigido una ventana de exhibición de entre 90 y 120 días, durante la cual esa película aún sin título solo podrá verse en cines. Esto significa que su cinta no pasará al VOD una vez transcurran 45, algo que cada vez es más habitual desde que comenzara la pandemia. Pero no solo eso, libraría a su película del acuerdo de Universal con las cadenas de cine AMC y Regal, por el que el estudio puede lanzar los largometrajes en el formato doméstico entre 17 y 30 días después de su estreno en cines, siempre teniendo en cuenta los ingresos de esta en taquilla.
Por último, y dejando bien claro que Nolan tiene muy claro su valor en el mercado, a pesar del tropezón que se dio Tenet, el cineasta se ha reservado el derecho al montaje final, sin que la productora pueda meter mano.
Teniendo todo esto en cuenta no cabe duda de que Universal apuesta fuerte por Nolan, habrá que esperar para ver si la jugada les ha merecido la pena.