2 aciertos y 2 errores del final de ‘Lucifer’

Lucifer Morningstar (el bueno, no el de Sabrina), se ha despedido con su sexta temporada en Netflix y nos ha dejado un sabor un poco agridulce. Ha habido de todo, bueno y malo, en estos últimos episodios de la serie protagonizada por Tom Ellis. No os vamos a mentir, aunque nosotros por este demonio vamos al infierno, a la ciudad plateada y donde haga falta, vamos a repasar cuáles han sido los puntos fuertes y aquellos que han resultado un poco más débiles en esta última temporada de Lucifer.

Acierto: los personajes

La serie de Netflix siempre ha basado gran parte de su encanto en unos personajes a los que es muy fácil coger cariño. No es un secreto que los mejores momentos siempre han ido relacionados a los avances o retrocesos emocionales del peculiar grupo y como los guionistas lo saben esta última tanda de episodios se han centrado en lo que saben hacer mejor. El crecimiento personal de Eva o Mazikeen, la evolución del propio Lucifer, las inseguridades de la doctora Linda Martin y de Ella López, el duelo, el amor… Hay un apocalipsis, sí, pero al final casi que es lo de menos. Y bien está así.

Error: ¿y el libre albedrío?

Porque es precisamente en el apocalipsis de turno y en la introducción de los saltos temporales donde esta temporada seis tiene su mayor tropezón. No es por tomarnos demasiado en serio Lucifer, somos muy conscientes de que es una ficción que no tiene tanto intención de ser profunda, como de ser puro entretenimiento. Por eso nos gusta. Pero toda obra de ficción debe ser fiel a su tema principal. Jugar con sus propias reglas, vamos. Y en el caso de Lucifer ese tema no es otro que el libre albedrío. No podía ser de otra forma con el rebelde original como protagonista. Sin meternos en spoilers, introducir paradojas temporales juega en contra de ese tema y les obliga a jugar con unas reglas que no son las suyas.

Acierto: de vuelta de todo

El equipo de Lucifer sabía que la fiesta se acababa y decidió pasárselo muy bien durante estos últimos capítulos. Dibujos animados, canciones… no se han dejado absolutamente en el tintero, ni con ganas de hacer nada. Algo que traspasa la pantalla, con una temporada altamente disfrutable. En unos tiempos en los que parece que la contención triunfan, es refrescante ver una serie que no se toma demasiado en serio y se dedica a disfrutar del viaje.

Error: incorporaciones innecesarias

Rory, Rory, Rory… su trama podría haberse resuelto con Dan Espinosa sin necesidad de recurrir a paradojas. Es un movimiento arriesgado introducir personajes nuevos en una temporada final, más si va a obligar al resto de personajes a comportarse de forma contraria a su esencia. Nada en contra del trabajo de Brianna Hildebrand, pero en lugar de introducir una nueva variable tan disruptiva a nivel narrativo, hubiéramos preferido que dieran más espacio a los personajes que ya conocíamos y queríamos para despedirse.

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