El juego del calamar: las incógnitas que nos deja su primera temporada

Ya no cabe ninguna duda. Hablar de El juego del calamar es hacerlo del fenómeno televisivo del año. Quién iba a pensar que esta serie surcoreana que pasó a engrosar el extenso catálogo de Netflix el pasado 17 de septiembre sin hacer demasiado ruido se convertiría en el estreno más visto de la plataforma. Una producción que llevaba cociéndose desde 2008 y cuyo creador, el director y guionista Hwang Dong-hyuk, logró poner en marcha más de una década después.

El juego del calamar ha sabido conquistar a la audiencia gracias a su retorcida trama, a su inquietante puesta en escena y a sus estupendas caracterizaciones. Si bien su propuesta acaba resultando terriblemente adictiva, son sus últimos episodios los que atesoran algunas de las principales revelaciones de una temporada que a todas luces amenaza con gozar de una continuación.

Si bien Dong-hyuk no ha querido confirmar la llegada de una segunda tanda de episodios que arrojen algo de luz a los múltiples misterios sin resolver que nos ha dejado la serie, el indiscutible éxito de la ficción hace difícil pensar que hayamos visto el final de las desventuras de Seong Gi-hun. De ahí que sea un buen momento para repasar sus diversos cabos sueltos, los cuales nos ofrecen algunas pistas de la dirección que podrían tomar las tramas de una hipotética temporada 2.

La venganza de Seong

Tras salir con vida del juego y ganar el codiciado premio, Seong queda profundamente impactado por los brutales acontecimientos que desembocaron en su victoria. Pese a que transcurren meses sin que el protagonista haga uso del dinero depositado en el banco, su charla con el moribundo Oh Il-nam parece ejercer un efecto liberador que le anima a volver a coger las riendas de su vida y que exterioriza a través de un extravagante corte de pelo. Con la intención de retomar la relación con su hija, Seong compra un billete de avión para Los Angeles si bien nunca llega a tomar el vuelo ya que una inesperada llamada del Líder le convence de ir en busca de los organizadores del juego y destapar su oscuro negocio. En todo caso, y a pesar de estar siendo vigilado, Gi-hun parece contar con la convicción y los recursos necesarios para presentar batalla.

El hombre del Ddakji

Un poco antes de llegar al aeropuerto, Seong advierte que el misterioso hombre del Ddakji sigue operando en el metro de Daejeon. Este personaje, encarnado por el actor Gong Yoo (Train to Busan), continúa desafiando a gente desesperada a una partida de este popular pasatiempo. Y si bien sólo hace acto de presencia en dos momentos puntuales de la temporada, esta figura se antoja esencial en la trama criminal de la serie ya que ejerce como reclutador para los organizadores del juego. Más allá de esta reprobable labor poco o nada se sabe de él, si bien podría ser el medio para llegar hasta la organización a la que pertenece. Claro que primero habrá que cogerlo, ya que demuestra ser muy hábil no sólo con los dichosos cuadraditos de papel, también al zafarse del protagonista subiendo a un vagón justo antes de que lo alcance.

La verdad sobre el Líder

El despiadado enmascarado que parece controlar cada etapa del juego resulta ser el hermano desaparecido de Jun-ho, el joven detective que se infiltra entre sus esbirros. Poco antes el policía había descubierto que Hwang In-ho, el nombre real del personaje, había sido el ganador de una de las ediciones precedentes del juego. Descubrir las razones que le llevaron a asumir esta posición de poder dentro de la organización debería ser uno de los enigmas que la continuación de El juego del calamar debería abordar.

El destino del policía

Los instantes finales de Jun-ho antes de caer por el acantilado también nos han dejado en un mar de dudas. A pesar de haber intercambiado disparos con su hermano, no queda claro que el tiro que lo derriba sea mortal, a lo que hay que sumar que en ningún momento vemos el cadáver del policía a pesar de escuchar el impacto del cuerpo contra el agua. Ninguno de los hombres armados parece interesado en confirmar su muerte, de ahí que la esperanza no esté perdida.

Una cobertura muy poco fiable

Previendo su captura, Jun-ho decide ponerse en contacto con su superior y enviar a través de su teléfono todas las pruebas que ha ido recabando durante su incursión. Fotos de las instalaciones en las que se lleva a cabo el juego, documentos comprometedores, vídeos de las personas de interés que acuden a ver en directo las últimas pruebas e incluso la confesión de una de ellas. Más que suficiente para que la policía se ponga manos a la obra y desarticule la operación. Sin embargo, la escena del hombre del Ddakji deja claro que una año después se está fraguando una nueva edición de la competición con total impunidad, por lo que tal vez el Líder tuviera razón y la cobertura de la isla no ofreciese demasiadas garantías. ¿O será que la policía juega un papel en toda esta trama? Hay que recordar que el guardia al que suplanta Jun-ho en los primeros compases de la temporada resulta ser un agente de la ley.

El pasado del anciano

Tal vez la mayor revelación del capítulo final tenga que ver con el jugador 001, ese anciano que nos partió el corazón varias veces a lo largo de la temporada y que no sólo no fue ejecutado, sino que además se descubre como el “jefe infiltrado” de la función. Oh Il-nam convoca a su ggnabu para confesarle su verdadera identidad, la del Anfitrión del juego. Más allá de las razones cuanto menos discutibles para crear la competición, lo cierto es que apenas comparte información sobre su vida y los acontecimientos que le empujaron a dar forma a su obra. Además, en la conversación deja a entrever que fue sólo uno de los fundadores, por lo que bien podría haber más piezas en la partida que todavía no han salido a la luz.

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