‘And just like that’… ya no son las que eran (y tampoco pasa nada)

Carrie y sus amigas han vuelto. No están todas las que eran, pero si son todas las que están. Además han vuelto dando al personal un buen disgusto. Porque si Sexo en Nueva York iba sobre conseguir amigas, manolos, éxito, sexo… And just like that va sobre todo lo contrario. Vive lo suficiente y conocerás la pérdida.

Desde el cierre de Barneys, hasta la desaparición de Samantha, pasando por el sabor agridulce de volver a ver a Willie Garson – que murió durante la producción- interpretando al mejor amigo gay de Carrie, Stanford Blatch. Las cosas que se han ido quedando por el camino con la edad, grandes y pequeñas, se acumulan en el guion y en la realidad. Nueva York sigue siendo mágica, el sexo es algo más periférico. “No podemos seguir siendo las que éramos” dice Miranda. Y no le falta razón.

Porque precisamente lo mejor de la serie se vislumbra cuando toma riesgos. Cuando no intenta recuperar los noventa. El mundo ha cambiado rápidamente. Lo que era adelantado y joven entonces, ahora queda un poco descolocado. Hasta fuera de lugar. Carrie ahora es la “mujer cis” en un podcast, y Miranda comienza un máster donde todos – incluida la profesora- son más jóvenes que ella. En unas cosas se adaptan, en otras no tanto. Y la serie, digan lo que digan, mejora enteros cuando esa mirada es honesta y no intenta pretender que siguen siendo treintañeras.

Lo que eran y lo que son chocan entre sí. Muchos han acusado a la serie de diversidad forzada, de no gestionarlo bien, de haberlo intentado con demasiada fuerza. Cada escena una “lección” forzada sobre privilegio para nuestra protagonista Pero ¿sabéis qué? Sexo en Nueva York siempre ha sido obvia. Nunca ha sido sutil. El verdadero problema es que la serie no termina de decidirse. Quiere madurar con sus protagonistas, dejar claro que el mundo es mucho más complejo ahora (para bien y para mal). Pero, por otro lado, quiere mantener el espíritu liviano y un poco gamberro que tenía en los noventa.

Ellas no son las que eran, solo que ninguno – ni la serie ni nosotros- hemos asumido que no pasa nada. No tienen por qué serlo veinte años después.

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