Crítica ‘The Great’ Temporada 2: Catalina sigue siendo grande

Esta crítica se ha escrito tras ver los tres primeros episodios y contiene spoilers

The Great sigue siendo una deliciosa locura esta segunda temporada. En la primera tanda de episodios dejábamos a nuestra Catalina (Elle Fanning) en pleno golpe de estado contra su señor esposo, Peter (Nicholas Hoult). Si la monarca pensaba que ponerse en el puesto más alto de la cadena alimenticia iba a solucionar algo, se equivocaba. La corte real sigue con las mismas tendencias autodestructivas. De hecho, ahora es – si cabe- todavía más claustrofóbica. La tarea de modernizar Rusia no va a ser, ni mucho menos, sencilla.

La serie, que aquí podemos ver en Starzplay, consigue mezclar géneros y tonos de lo más diversos sin que resulte ningún esfuerzo aparente. En un momento es una comedia negra desvergonzada y al siguiente se llena de complejidad y peso dramático. La pareja protagonista nos deleitan con todos los matices de su tumultuosas personalidades y de su inquietante relación. Se quieren y se quieren matar. Encima van a ser padres.

The Great siempre ha tenido mucho de truco de magia, de conseguir que encajen cosas que, en principio, no deberían hacerlo. Esta nueva temporada se embarca en un hilarante laberinto de intereses, color, traiciones, lujo, locura, poder y amor. Y si cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia… es lo de menos. La ficción ya te avisa desde el primer momento de que solo se ajusta a la Historia cuando le conviene hacerlo.

El cambio de dinámicas no ha hecho perder el paso a The Great. Al contrario, ha contribuido a beneficiar a una serie que, como su protagonista, tiene muy claro hacia dónde quiere dirigirse. Porque Catalina sigue siendo grande esta segunda temporada.

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