Análisis de Horizon Forbidden West – Hacia lo salvaje

Parece mentira que hayan pasado seis años desde el lanzamiento de Horizon Zero Dawn, un juego con el que Guerrilla Games abandonó su zona de confort para abordar un proyecto monumental llamado a convertirse en uno de los grandes reclamos del catálogo de PlayStation 4. En un momento en el que la industria parecía reacia a apostar por nuevas licencias, lo nuevo de los creadores de Killzone impuso su personalidad convenciendo incluso a aquellos que apuntaban al declive de los tan prolíficos títulos de mundo abierto.

Hoy, convertido en uno de los principales iconos de la división de entretenimiento de Sony, el estudio lanza una segunda parte que no renuncia a un ápice de la fórmula que tan buenos resultados le dio en el pasado pero introduciendo interesantes novedades para sacar un mayor partido a algunos aspectos que merecían algo más de flexibilidad.

Sí, Horizon Forbidden West es una continuación que podemos tildar de conservadora, ya que recicla muchos elementos del original y sus principales mecánicas han permanecido invariables. Sin embargo, sabe muy bien cómo potenciar sus virtudes y amplificar su propuesta para ofrecernos una aventura espectacular y muy completa que nos costará abandonar.

La historia de Aloy prosigue apenas seis meses después de la batalla de Meridian, por lo que el relato enlaza directamente con los acontecimientos que propiciaron la derrota de Hades. Durante todo este tiempo la cazadora ha estado investigando un extraño mal que asola las tierras, una plaga que causa estragos en la flora y la fauna y que parece estar relacionada con la ausencia de Gaia, la inteligencia artificial que restauró el planeta tras la guerra contra las máquinas. Las respuestas parecen apuntar al Oeste Prohibido, una tierra inhóspita y salvaje que parece contener las respuestas que podrían salvar a la humanidad de una nueva extinción.

La narrativa vuelve a tener una importancia capital en un título muy cuidado a nivel argumental, que no se olvida de nada y que pone de manifiesto que sus guionistas tenían muy claro cuál sería la siguiente fase del arco argumental de la epopeya de la aguerrida nora. Una labor encomiable que no sólo se centra en la trama principal, que conserva su interés y que esconde importantes revelaciones que tendrán su eco en el futuro de la saga. También en aquellas misiones secundarias que iremos encontrando dispersas por el vasto mundo y que huyen de las aproximaciones genéricas que tanto lastran a otros títulos de estructura similar.

Por supuesto los territorios que recorreremos nos invitarán a perdernos y a olvidarnos por un rato de las tribulaciones de Aloy para realizar múltiples encargos y otras actividades que nos reporten mejoras para nuestro equipo o experiencia, como los desafíos de caza, arenas de combate o las carreras de máquinas, en las que competiremos contra otros guerreros en diversos circuitos y en las que los participantes no tienen escrúpulos de usar cualquier recurso a su alcance para derribarnos de nuestra montura.

Una vez más, la exploración requiere cuidar nuestro equipo, desarrollar nuestras armas y tener a mano una buena cantidad de materiales con los que fabricar munición, trampas y pócimas, si bien tendremos alijos diseminados en los que guardar todo aquello con lo que no podamos cargar. Sigue siendo un juego táctico, y aunque cualquier combate podrá superarse si gozamos de habilidad a los mandos, los enfrentamientos deben ser estudiados con detenimiento para incrementar nuestras opciones de victoria.

Escanear a las máquinas con nuestro foco resulta esencial para conocer sus puntos débiles y la munición que más daño provocará. Además, atender a su ruta de patrulla nos facilitará prepararles trampas o utilizar algunos de los elementos de los escenarios a nuestro favor. En todo caso, y aunque en ciertos momentos el combate directo será ineludible, el sigilo volverá a ser nuestro mejor aliado a la hora de lanzarnos a por nuestras presas.

Los combates contra las máquinas son intensos y desafiantes, y aunque muchos de los enemigos que encontraremos nos resultarán familiares habrá algunos contrincantes feroces con los que nunca nos habíamos cruzado, como la temible Reptívora, una serpiente gigantesca y que escupe ácido a distancia; el Terramamut, de gran resistencia y brutal carga; el Garriraptor, veloz y letal; o el Tiderriper, un anfibio al que es mejor no molestar. Hay muchos más, y gracias a la posibilidad de hackearlos varios de ellos se convertirán en monturas de lo más útiles como el Alasol, un espléndido pterodáctilo que en la recta final del juego nos permitirá surcar los cielos sobre su lomo y acceder a nuevas zonas.

También nos veremos las caras con enemigos de carne y hueso, pues no todos los clanes del Oeste Prohibido son amigables y no tardarán en poner precio a nuestra cabeza. Luchar contra ellos no es tan satisfactorio como contra las máquinas ya que estas escaramuzas siguen siendo algo elementales, aunque también es cierto que en ocasiones nuestros oponentes cabalgarán bestias mecánicas o portarán escudos de energía con los que repeler nuestros golpes, lo que complicará las cosas notablemente.

Una vez vayamos avanzando en la campaña obtendremos nuevas herramientas y mejoras entre las que destaca el Alaescudo, que posibilita planear y resulta muy práctico a la hora de descender de zonas elevadas o alcanzar salientes lejanos. Tampoco podemos olvidarnos del garfio, que nos impulsará hacia una determinada posición siempre que hallemos un punto de anclaje o despejará obstáculos molestos. Ambos artilugios serán esenciales durante nuestro periplo, y aunque el primero podría haber dado algo más de juego el segundo se antoja vital en las secciones más plataformeras e incluso en diversos rompecabezas.

Todos estos añadidos no sólo hacen que nuestro personaje sea mucho más versátil, también están concebidos para sacar el máximo partido a unos escenarios que han ganado en verticalidad. De hecho, los chicos de Guerrilla han puesto especial hincapié en que la mayoría de las estructuras sean escalables, uno de los aspectos más criticados de Horizon Zero Dawn que ha sido revisado a conciencia.

Lo mismo ocurre con las áreas acuáticas, más numerosas y llenas de secretos que podremos descubrir gracias a la habilidad de buceo. Si bien en un principio Aloy podrá aguantar la respiración durante un tiempo limitado, más adelante encontraremos un respirador que en cierto modo ampliará las fronteras de nuestro mapa, ya que existen cuevas sumergidas en las que sólo podremos adentrarnos si portamos este aparato. Se trata de un sistema muy bienvenido aunque con margen de mejora, ya que nos hubiera gustado poder realizar más acciones bajo el agua. Ya avisamos que la protagonista no puede combatir en esas condiciones, por lo que si nos topamos con algún oponente como el Chascafauces lo mejor será ocultarnos y pasar desapercibidos.

Donde Horizon Forbidden West se muestra intratable es en el apartado gráfico. Su mundo está plagado de rincones de gran belleza -la acción se traslada a la costa del Pacífico- y la campaña está salpicada de sucesos de gran espectacularidad. Las cinemáticas están cuidadas al detalle, y las animaciones de los personajes y sus expresiones faciales son buena muestra de un proceso de producción al alcance de muy pocos. Más allá de algunos efectos extraños en los contornos de algunos personajes, lo cierto es que se trata de una obra a la que se le pueden poner muy pocos peros a nivel visual. Tampoco a nivel sonoro, pues vuelve a hacer gala de una partitura realmente maravillosa y un trabajo de doblaje impecable, en el que Michelle Jenner vuelve a poner voz a la intrépida Aloy.

En su versión para PlayStation 5, que es la que nos ha servido para hacer el análisis, el título se mantiene estable a 60 fps. Los tiempos de carga se han reducido a la mínima expresión y se han aprovechado con acierto (y aún con cierta mesura) las funciones del DualSense, como la vibración háptica y en especial los gatillos adaptativos, que variarán su resistencia al tensar el arco o al forzar compartimentos cerrados con nuestra lanza.

Horizon Forbidden West se alza como uno de los juegos más imponentes del 2022 y un imprescindible del catálogo de PlayStation. No esperéis una revolución, si disfrutasteis de Zero Dawn las sensaciones que experimentaréis con su secuela serán muy familiares. Es más, sus responsables cuentan con ello ya que han puesto el máximo esfuerzo en mantener intactos los atributos que caracterizan a la saga puliendo todo aquello en lo que no acertaron del todo. ¿El resultado? Una aventura abrumadora y estimulante en la que da gusto sumergirse.

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