No todo van a ser las luces de neón y las orgías interminables de Élite en el universo adolescente de Netflix. Heartstopper hizo honor a su nombre ya desde su tráiler con una propuesta mucho más sensible y certera que la de sus compañeros de plataforma. Nick y Charlie nos han robado el corazón en esta adaptación a formato serie de la novela gráfica homónima de Alice Oseman. Una deliciosa historia de amor, amistad y autodescubrimiento.
¿Qué nos cuenta Heartstopper?
Charlie es un genio y abiertamente gay, y Nick es un jugador de rugby con un gran corazón. Un día, sus destinos se cruzan cuando deben sentarse juntos, comenzando así una amistad en la que Charlie se enamora perdidamente de Nick, aunque ve imposible que surja algo entre ellos. Sin embargo, el amor muchas veces nos sorprende. Mientras ambos navegan entre los cambios que se van produciendo en su relación, conocemos también las conexiones y desconexiones que se producen en su grupo de amigos.
Alice Oseman, que también se ha encargado de escribir los guiones, construye una historia tierna y sentida. Si tuviéramos que comparar Heartsopper con algo, sería con tomar una taza de chocolate caliente arrebujado en una manta mientras miras por la ventana como llueve. Es reconfortante el cariño que se ha puesto en cada uno de los detalles que componen la ficción. Los personajes son tan adorables que te producirá agujetas quererlos tan fuerte. Los detalles de animación que aparecen en pantalla de vez en cuando son absolutamente encantadores. En definitiva, se nota que es una producción que se ha hecho con el cuidado que se pone cuando realmente crees en tu proyecto.
La representación importa
Sí, lo volvemos a decir como hicimos en al crítica de Con amor, Víctor: la representación importa. Y lo volveremos a señalar las veces que sean necesarias. Porque si crees lo contrario, probablemente pertenezcas al grupo de los que sí están representados. Porque es imposible no llenarse de alegría al pensar que las nuevas generaciones van a poder verse reflejados en historias bellas y positivas como las de Nick y Charlie. No van a tener que recurrir al subtexto, al fanfiction o a historias que solo se basan en el dolor y la desesperación, como si salirse de lo normativo solo llevase a un final trágico (Ay, Tara, todavía no hemos superado lo tuyo).
En definitiva, la serie de Netflix es una historia de amor bonita. Y decimos esto en el mejor sentido de la palabra. Que necesitamos más series que se puedan calificar con ese adjetivo en los tiempos que corren.