LEGO Star Wars: La saga Skywalker – Una odisea de escala galáctica que perdió algunas piezas por el camino

Star Wars siempre ha sido una licencia que ha destacado entre todas aquellas que han sido puestas al servicio de TT Games para crear sus entrañables videojuegos de LEGO. Desde sus inicios el estudio británico ha explotado las aventuras de Luke, Leia y cía para componer algunas de sus obras más disfrutables, comenzando por la trilogía clásica y pasando por los tres primeros episodios de la saga, por las guerras clon y finalmente por ese despertar de la fuerza que supuso la primera piedra de un nuevo albor cinematográfico.

Cuando Warner Bros anunció el desarrollo de LEGO Star Wars: La saga Skywalker a nadie le sorprendió que la archiconocida franquicia volviese con la forma de las figuritas danesas, si bien componer un título que abarcase nada menos que nueve películas se antojaba un proyecto de una ambición descomunal.

Pese a los retrasos, sus responsables se mantuvieron fieles a su palabra ofreciéndonos un juego colosal en cuanto a contenido, que tomaba prestado el legado del universo de George Lucas para explotarlo con su habitual cariño. Un viaje sideral que repasa todos y cada uno de los acontecimientos de unos filmes que han tocado a múltiples generaciones, permitiéndonos visitar los mundos en los que Anakin, Obi-Wan, Han Solo, Rey o Finn entre muchos otros dejaron su huella.

El detalle con el que se ha dado vida a los personajes que pueblan el universo de Star Wars y la fidelidad con la que se han diseñado los diferentes entornos son dignos de elogio. Da igual que aterricemos en la ciudad submarina Gungan, en la base helada de Hoth, en el desértico Jakku o en el concurrido Coruscant, todos estos lugares serán identificados al instante por los aficionados. Cada viaje estelar es una invitación para escudriñar las ubicaciones, revelar sus secretos y regocijarse con cada guiño a los relatos de esta galaxia muy lejana.

LEGO Star Wars: La saga Skywalker es un regalo para el fandom y sobre todo un juego muy entretenido, que proporciona muchas horas a los mandos. Entonces, ¿por qué nos ha dejado cierta sensación agridulce?

Del mismo modo que si analizamos la obra en su conjunto hemos de rendirnos ante el gran esfuerzo de TT Games a la hora de lanzar el título más completo de cuantos han desarrollado, también debemos indagar sobre ciertos atributos que han caracterizado a la serie desde que vio la luz y que en esta ocasión han sido tratados con cierta indulgencia. Carencias que si bien no molestarán a buena parte de los jugadores, es posible que aquellos que estén más que familiarizados con las entregas de LEGO acaben detectando según vayan acumulando horas de juego.

Hablamos principalmente del diseño de niveles, mucho más básico que en LEGO Marvel Super Heroes, LEGO El Hobbit o LEGO DC Súper Villanos por citar algunos de los más destacados. Dicen que quien mucho abarca poco aprieta, y tal vez reproducir tantos planetas con sus respectivos escenarios interiores y exteriores haya pasado factura a las diversas fases que componen cada arco argumental, menos elaboradas de lo que nos tienen acostumbrados. No hay más que ver la de la nave en la que viaja Leia antes de ser abordada por las tropas imperiales, extremadamente lineal y que nos insta a avanzar por sus pasillos disparando a los soldados enemigos hasta llegar al área final. U otras como en la que tiene lugar la lucha entre Obi-Wan y el pérfido Grievous, un escenario diáfano en el que deberemos asestar el golpe de gracia al villano sin cambios en la puesta en escena ni sensación de progresión.

Es fácil entender la razón de todo esto, pues no supone lo mismo trazar una historia con una decena de niveles que una aventura de tan largo recorrido que además procura detenerse en los momentos más memorables de cada episodio. Lograrlo exige algún que otro sacrificio, como es acortar estas secciones y restar complejidad a su planteamiento.

Para no pasar nada por alto y hacer que la acción transcurra en paralelo a las tramas de las películas, el estudio se ha volcado en una narrativa continuada que no se ciñe a las cinemáticas presentes al principio y al final de estos capítulos. De esta manera, los desarrolladores han introducido pequeños actos que nos empujan a viajar a nuevas localizaciones y visitar ciertas ubicaciones, lo cual supone uno de los principales aciertos de este LEGO Star Wars. Sin embargo, también adolece de ciertas limitaciones en lo referente a la jugabilidad, ya que estos entreactos no siempre resultan emocionantes. Acompañar a Padmé a sus aposentos es sólo una de las tareas tediosas que deberemos realizar a modo de peaje para continuar con la historia de El ataque de los clones, nada que ver con el duelo entre el maestro Kenobi y Jango Fett en la plataforma de Kamino o cuando Han y Chewie han de colocar los explosivos en las instalaciones de la Primera Orden mientras se zafan de los guardias en El despertar de la fuerza.

Todo cuanto desbloqueemos a lo largo de nuestra odisea galáctica nos permitirá acceder a escenarios más amplios, ese mundo abierto fragmentado y en el que los más completistas pueden coleccionar todos los ladrillos y personajes ocultos en Dagobah, la aldea de los Ewoks, la capital de Naboo o los desfiladeros de Tatooine. Uno de los grandes atractivos del juego y a la vez, una de las vertientes en las que demandábamos una mayor evolución. Porque más allá de su escasa dificultad, los puzles y los encargos que nos encomiendan acostumbran a repetirse hasta la saciedad, al igual que mecánicas recurrentes como activar un dispositivo con nuestro droide astromecánico alineando los anillos en un minijuego. Por mucho que se trate de un título familiar, nos parece importante que no sólo se tenga en cuenta la amplitud de la obra sino también la calidad de la experiencia a base de confeccionar una fórmula rica y diversificada.

Por último, mencionar otra de las señas de identidad de los juegos con el sello de LEGO que han quedado reducidas a la mínima expresión, y no es otra que la construcción. Más allá de rehacer los parapetos o fabricar algún ingenio en momentos puntuales, el montaje de las piezas no tiene apenas incidencia en la propuesta lo cual nos deja un tanto decepcionados ya que la marca juguetera es precisamente eso, imaginación y mucha creatividad. Si a eso le sumamos que construir objetos delirantes ha sido siempre un poderoso refuerzo del humor que ha atesorado la serie, se antoja una falta significativa que rechina frente a algunas de las entregas más valoradas de los últimos años.

Con todo esto no estamos diciendo que LEGO Star Wars: La saga Skywalker sea un mal juego. Todo lo contrario, es una compra casi obligada para los fans acérrimos y una de las aventuras más notables de cuantas se suceden en la trayectoria de TT Games. Pero también es una llamada a la reflexión para sus responsables, que deberán elegir con cuidado aquellos aspectos que exigen un paso al frente y los que deberían seguir ligados a sus próximos proyectos. Mirar al futuro sin perder su identidad, nadie dijo que fuera fácil.

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