En una industria en constante evolución es habitual que los estudios posen su mirada en aquellas fórmulas que han resultado ser genuinas, sirviéndose de su estética o de sus mecánicas para confeccionar sus propias propuestas. Al igual que ocurre en el cine o en la pintura, estudiar las obras más icónicas de su género no es más que la fase inicial de un proceso creativo en el que los desarrolladores dan forma a sus ideas valiéndose de elementos que resultan familiares al jugador.
En el caso de System of Souls basta con echar un vistazo a cualquiera de sus niveles para darnos cuenta de que su principal fuente de inspiración no es otra que la saga Portal, cuya influencia se hace notar en unos entornos en los que prima el futurismo minimalista y en esa obsesión por someternos a rompecabezas cuya resolución está supeditada a la lógica y a la experimentación.
El título, desarrollado por Chaotic Lab en el PlayStation Talents Games Camp de Málaga, nos transporta al año 2155 en el que una crisis medioambiental ha hecho de la vida en la Tierra algo insostenible obligando a los seres humanos a transferir su consciencia a cuerpos robóticos fabricados por la empresa neurotecnológica ION.
Nuestro personaje, cuya alma acaba de ser introducida en un modelo muy avanzado de autómata, despierta en sus instalaciones sin saber quién es ni lo que le ha ocurrido. Con la ayuda de Aura, una inteligencia artificial que ejercerá de guía en este nuevo mundo, deberemos someternos a distintas pruebas con el objetivo de estimular nuestra red neural y así recuperar nuestros recuerdos. Un proceso que acabará siendo más complejo de lo que se preveía, y más teniendo en cuenta que nuestros primeros hallazgos apuntarán a que el accidente que propició la activación de nuestro alter ego mecánico pudo haber sido provocado.
Para resolver el misterio deberemos ir ascendiendo por las distintas plantas de la torre ION, lo que implica superar una sucesión de salas cuya única salida exige hallar la solución a un puzle y así activar la corriente que abrirá la puerta hacia la siguiente estancia. Al final de cada capítulo, accederemos a pequeños fragmentos de un vídeo que contiene las claves de lo sucedido.
System of Souls es un juego en primera persona que mezcla puzles y plataformas. A lo largo de la aventura deberemos observar con detenimiento cada interruptor y cada mecanismo dispersos en los escenarios, atendiendo a su función y al efecto que producen al combinarse. Tendremos dispensadores de cubos, trampolines, superficies móviles y puntos de anclaje. Nada está colocado al azar, por lo que la solución pasa por hacer uso de todos ellos en un momento dado.
Por otro lado, nuestro cuerpo robótico posee habilidades que deberemos poner en práctica sin descanso, como un rayo que nos enganchará a ciertos puntos del escenario y nos permitirá columpiarnos o un haz de energía con el que atraeremos cubos de un color determinado desde cierta distancia.
Según vayamos avanzando iremos incorporando nuevos gadgets a nuestro repertorio a la vez que se desbloquearán mecánicas que no habíamos experimentado anteriormente, lo cual aplicará más capas de complejidad a los acertijos. Hablamos por ejemplo de la posibilidad de activar barreras que al atravesarlas alterarán la gravedad de las salas o de ralentizar algunos objetos durante unos segundos.
Por lo general los rompecabezas dejan un buen sabor de boca, pues han sido diseñados con inteligencia. Sólo en momentos puntuales requerirán algo de destreza por parte del jugador, ya sea para realizar ciertas acciones en un corto espacio de tiempo o para saltar de un punto a otro esquivando obstáculos. Son estas secciones las que pueden resultar un tanto frustrantes, sobre todo teniendo en cuenta que llegar al final del nivel no siempre es cuestión de materia gris, sino de paciencia e insistencia.
Al menos el juego no contempla nuestra muerte por lo que si fallamos algún movimiento y caemos desde gran altura no resultaremos heridos. Lo mismo ocurre si acabamos sumergidos en el agua, que no nos penalizará más allá de teletransportarnos a un punto seguro desde el que seguir intentándolo.
Pese a no contar con voces, el juego se esfuerza por desarrollar una base narrativa desde la que componer un universo propio. Y es que dejando a un lado la trama principal, en la que Aura desempeña el papel de interlocutora única, cada planta de la torre contará con un área común en la que podremos detenernos para interactuar con otros autómatas que estarán encantados de darnos información sobre el mundo exterior, dejarnos retazos de su vida pasada e incluso dar rienda suelta a sus divagaciones existencialistas.
Ya os adelantamos que al final de la aventura aguarda alguna que otra sorpresa, descubrimientos que nos forzarán a tomar una decisión de la cual dependerá el desenlace de la historia. Eso sí, nos hubiese gustado que sus responsables hubiesen dedicado algo más de tiempo a esta conclusión, a fin de profundizar aún más en las consecuencias de nuestra elección.
En lo que respecta al apartado técnico, System of Souls se desenvuelve con fluidez. Visualmente el título gana muchos enteros en aquellos escenarios que evocan a los laboratorios de Aperture Science, tan amplios y asépticos, poniendo de manifiesto el buen trabajo realizado en la iluminación. Sólo algunos modelados de menor calidad como los de los robots del edificio o la decoración de las oficinas nos recuerdan que estamos ante un proyecto modesto y que sin embargo no carece de ambición.
En conclusión, la ópera prima de Chaotic Lab nos ha sorprendido gratamente, colocándose entre las novedades más interesantes de la iniciativa PlayStation Talents junto al reciente TAPE: Unveil the Memories o Insomnis. Su duración no supera las cuatro horas, si bien puede resultar un estupendo pasatiempo para aquellos que no tengan miedo de estrujarse los sesos frente a la pantalla. Experiencias que no abundan y que nunca está de más recomendar.