Las series, muchas veces, nos entran por los ojos. Puede que no tengan el argumento más consistente del mundo, o sí, igual son una de las ficciones mejor escritas del año; pero, invariablemente, cuando vas a recomendársela a un amigo lo primero que dices es “¡Es que es tan bonita!”. Esta es nuestra selección de series que tienen en lo visual su principal valedor. ¿Cuáles son las vuestras?
The Sandman
The Sandman sigue a las personas y los lugares afectados por Morfeo (Tom Sturridge), el Rey del Sueño, mientras repara los errores cósmicos -y humanos- que ha cometido durante su vasta existencia. La serie de Netflix basada en el cómic homónimo de Neil Gaiman es una auténtica delicia visual. Onírica, hermosa y a veces inquietante, la fotografía de The Sandman te dejará con la boca abierta.
El señor de los anillos: Los anillos del poder
Volvemos a la Tierra Media con esta producción de Amazon Prime Video, que no puede ser más bonita. Los héroes creados por Tolkien (y algún que otro personaje nuevo) se enfrentan al temido resurgimiento del mal en la Tierra Media, forjando legados que perdurarán mucho tiempo después de su desaparición. Númenor, las Tierras del Este, las del Sur y las minas de Moira en pleno esplendor. No se puede pedir más.
La Casa del Dragón
El universo de Juego de Tronos siempre ha tenido una de las mejores fotografías de los últimos años en televisión. Y dado que La Casa del Dragón sigue su estela hasta en la música de cabecera no nos extraña que las localizaciones y el vestuario de la precuela de la serie de HBO sean espectaculares… Aunque las pelucas de las primeras fotos promocionales nos metieran el miedo en el cuerpo ¡Y los dragones, no nos olvidemos de los dragones!
The Mandalorian
Hace mucho, mucho tiempo, un padre adoptivo y su niño con poderes jedi viajaban juntos por una galaxia muy muy lejana. La estética western de la serie de Star Wars le va como anillo al dedo a esta historia de llaneros solitarios con pistolas láser. Tatooine nunca ha lucido tan bien.
Bridgerton
Brocados, tules, lámparas doradas, colores pastel… Bridgerton es una serie juguetona que sabe perfectamente que quieren ver sus espectadores. Por eso es como un macaron delicioso y que a nadie le importa que en el fondo sea insustancial. Estamos demasiado distraídos por los bailes de la alta sociedad, los brillos y los archiduques saliendo de lagos como para notar cualquier otra cosa.
Sense8
Las hermanas Wachowski estuvieron detrás de esta serie de Netflix que es todo un canto a la tolerancia y al amor. En ella, ocho desconocidos tienen una conexión y comparten sentimientos y habilidades a medida que tratan de evitar su exterminio. Una estética diferente para cada uno de ellos y su parte del mundo convierten esta ficción en un rico caleidoscopio visual que no puedes perderte.
Euphoria
La sinopsis de Euphoria dice que “un grupo de estudiantes de secundaria navega entre drogas, relaciones sexuales, traumas, redes sociales, amor y amistad”. Pero no lo hacen como lo hicimos nosotros, no, lo hacen de forma tan estilizada que te fascinará. Aquí no hay acné, hay purpurina. Los pasillos del instituto no son fluorescentes de luz amarillenta que te hacen parecer la novia cadáver, en cambio los púrpuras prevalecen impregnando todo de un ambiente onírico que bien puede deberse a todas las drogas que se meten en el cuerpo sus protagonistas.
The Young Pope/ The New Pope
Incisiva e irreverente, la serie de Paolo Sorrentino es capaz de saltar en un abrir y cerrar de ojos de la sutileza a la provocación, de la elegancia a la extravagancia, de la aflicción a la burla. Estéticamente es hipnótica y fascinante, de una belleza sutil que no carece de cierta sorna a la hora de utilizar la imaginería católica.
Big Little Lies
Se ha descrito en más de una ocasión como “porno inmobiliario” y hay buenas razones para calificarla así. Las protagonistas disfrutan de una vida acomodada con hermosas casas en entornos que quitan la respiración y la serie sabe exprimir ese aspecto a la perfección. Las playas, las mansiones, los bosques y las grandes piscinas. Big Little Lies es muy satisfactoria visualmente, pero avisamos de que también puede producir ciertos efectos colaterales llamados “envidia”.
American Gods
Serie dirigida (en un principio) por Bryan Fuller basada en la novela homónima de Neil Gaiman publicada originalmente en 2001. Fuller y Michael Green abandonaron la serie tras no llegar a un acuerdo con el canal Starz sobre cómo continuar la historia en la segunda temporada. Esto supuso ciertos reajustes también en el reparto y que la serie perdiera el rumbo argumental. En todo caso, continuó siendo una de las series más hermosas y fascinantes a nivel visual.
Pushing Daisies
Otra producción de Fuller, porque nadie como él para entender lo audiovisual. Descrito como un “cuento de hadas forense”, Pushing Daisies es la historia de un pastelero llamado Ned que tiene el poder de traer a los muertos de vuelta a la vida. Una estética que puede recordar en muchos aspectos al Big Fish de Tim Burton, traía a la vida un mundo idealizado habitado por personajes únicos.
Penny Dreadful
Escrita por John Logan, producida por Sam Mendes y protagonizada pro Eva Green. Penny Dreadful – que debía su nombre a las “novelas de ‘a penique'”- era el sueño húmedo de cualquier amante de las historias románticas de terror. Drácula, Frankenstein, Dorian Grey… Suntuosa y decadente, misteriosa e inquietante, la ficción de Showtime es imprescindible si buscas una serie que sea especial visualmente.