4 razones para ver ‘Andor’, el thriller galáctico de Diego Luna

Sin Jedis, sin sables láser y sin mencionar la Fuerza ni una sola vez. A priori, todo en Andor la aleja de todo lo que relacionamos con Star Wars. Y a la vez, hace tiempo que no vemos un producto que, en su esencia, conecte más con la trilogía original de La Guerra de las Galaxias. Aquí van las razones por las que considero que tu vida sería mucho mejor si la vieras:

Confía en el espectador


Cada vez es más habitual que en las series se expliquen cosas que hubieran sido mucho más poderosas en el terreno de lo sobreentendido. Todo es explícito y remarcado tres veces, no vaya a ser que el espectador no sea capaz de realizar las inferencias necesarias para entender lo que está ocurriendo en pantalla.

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Esto, en sí, no tiene nada de malo excepto cuando se convierte en la tónica general. Si tratas a tu espectador como si fuera tonto, lo acabas atontado. Se pierde por el camino la fuerza de los silencios, pierden su sitio las miradas y los matices. Andor confía en sus espectadores: sus espías hablan en código y no hace ningún esfuerzo extra para verbalizar lo que se sobreentiende en sus conversaciones, los presos se comunican en miradas doloridas y silencios sublevados.

Así, cuando se explicita algo es tres mil veces más impactante. Por eso los escasos discursos que encontramos en la serie golpean tanto, porque el silencio previo era atronador.

Adulto no significa gore o explícito


Andor es la serie de Star Wars más adulta con la que vas a encontrarte en los últimos años. Pero no es más sangrienta que ninguna de las otras de la saga, ni más explícita en el dolor o en el sexo. Porque no lo necesita.

La serie de Disney+ ha comprendido que lo que hace a una ficción “adulta” es hacerse preguntas adultas y tratar a sus espectadores como seres con la capacidad intelectual y emocional necesaria como para sacar las conclusiones pertinentes.

La serie protagonizada por Diego Luna habla de colonialismo e imperialismo, de racismo, de cómo enfrentarse a un régimen totalitario y de los sacrificios personales, emocionales y sociales que eso supone. Y no se anda con medias tintas al hablar de ellos. Hasta tal punto que resulta asombroso que sea una multinacional tan conservadora como Disney la que haya dado luz verde al proyecto.

El imperio es terrorífico por primera vez en mucho tiempo

Hasta este momento han sido terroríficos determinados individuos del imperio. Darth Vader, Palpatine… Pero cualquier fan de Star Wars se ha reído a costa de los trabajadores de la estrella de la muerte y, sobre todo, de los stormtroopers. Sabes que las cosas se ponen serias cuando estos soldados son letales.

En Andor el imperio es una masa de gente enorme, una estructura que invade, fuerza, retuerce, tortura, asusta, amedranta. Un sistema basado en la injusticia social y legal que no duda en recurrir a los trabajos forzados para construir sus obras megalómanas.

Vuelve a los héroes anónimos

En una saga cada vez más centrada en las sagas familiares y sus gestas, Andor recupera la esencia de las primeras películas – y que también recuperó Rogue One– que no es otra que la de los héroes anónimos. Los que hacen lo correcto porque la otra opción es insoportable y no porque sea un legado familiar.

Los oprimidos que se levantan y se revuelven. Las personas que ven algo que está mal y deciden que esta vez no lo van a dejar pasar. Los espías que se mueven en las sombras para lograr que las cosas ocurran. Si la saga Skywalker es una ópera trágica en la que la música épica suena con fuerza y Andor es el canto de guerra de todos los que sacrificaron algo para que prendiera la chispa de la esperanza.

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