El concepto de expansión no es nuevo para el equipo de Guerrilla Games. Al fin y al cabo, meses después del lanzamiento de Horizon Zero Dawn, la primera entrega de la saga, sus responsables tuvieron a bien invitarnos a hollar las gélidas tierras del norte en un DLC que bautizaron como The Frozen Wilds. Esta descarga no sólo ampliaba notablemente las horas de juego del título, sino que daba acceso a un nuevo bioma repleto de nuevas máquinas, desafíos y una trama propia que venía a complementar las alocadas aventuras de Aloy.
El planteamiento de Burning Shores es, en esencia, muy similar al de aquel paquete de contenido. Ni más ni menos que una nueva oportunidad para que todos aquellos que disfrutaron de la secuela de Horizon puedan seguir sumergiéndose en uno de los universos más ricos que han brotado del ecosistema PlayStation y que han puesto a prueba las capacidades de las diversas iteraciones de la plataforma.
Es por ello que las orillas ardientes a las que hace mención el título se perciben como la perfecta guinda de un juego mayúsculo y que nos dejó con ganas de más, mucho más. Un sólido puente hacia el futuro de una franquicia que ya prepara su tercera entrega y que arde en deseos de ofrecernos suculentas pistas de lo que nos depara.
No nos entendáis mal, lo nuevo del estudio con sede en Ámsterdam es un postre ideado para endulzar una suculenta cena, y no una obra con entidad propia. No trata de reinventar nada, de hecho se mantiene fiel a la fórmula original con todas sus virtudes y defectos. Si queremos dar comienzo al capítulo, antes deberemos acabar la historia principal de Forbidden West, un requisito indispensable ya que su conclusión propiciará que emprendamos esta etapa del viaje.
Si lo hemos hecho, no tardaremos en recibir una llamada de Sylens pidiéndonos reunirnos con él. Una vez acudamos a su encuentro, nos informará de la existencia de un último miembro de Far Zenith llamado Walter Londra, un individuo tan egocéntrico como astuto cuyos planes podrían resultar un verdadero peligro para la humanidad. Por esta razón, deberemos perseguirlo a través del mar hasta lo que una vez fue Los Ángeles, donde ha establecido su base de operaciones.
Llegar hasta él y descubrir qué está tramando será el principal objetivo de la audaz guerrera pelirroja, una empresa que la llevará a unir fuerzas con Seyka, una marina de la tribu de los Quen con la que irá forjando un fuerte vínculo. La relación entre ambas es sin duda uno de los puntos más emocionantes de la trama de Burning Shores, que a pesar de desarrollarse de manera un tanto apresurada nos ha dejado un buen sabor de boca.
Aunque no queremos dar más detalles a nivel argumental, sí nos gustaría destacar que tras completar las misiones principales podremos activar un epílogo que nos ofrecerá una píldora de lo que nos aguarda en la tercera parte, una revelación que podría suponer una última esperanza para los supervivientes ante la inminente llegada de Némesis.
Claro que para semejante advenimiento todavía falta bastante tiempo, por lo que de momento nuestro principal interés se halla en la vasta extensión de tierra y mar del descargable que nos ocupa. Y os podemos asegurar de que estamos ante los escenarios más bellos en los que nos hemos podido perder desde que comenzamos a explorar este futuro distópico, fruto de esa sensacional mezcla de superficie selvática, terrenos volcánicos y océano.
Un precioso tapiz al que se ha dado forma con mucho esmero, lo que implica un cuidado extremo del apartado gráfico. Porque aunque parezca mentira, Burning Shores supone un avance palpable a nivel técnico, de ahí que los entornos luzcan más exuberantes que nunca, potenciados por las mejoras en la iluminación, los efectos ambientales y en múltiples aspectos como las nubes volumétricas, las cuales podremos alcanzar gracias a nuestra montura alada.
La posibilidad de montar estas máquinas da sentido al diseño del mapa, concebido para animar al jugador a surcar los cielos y explorar cada isla y cada nuevo asentamiento. También podremos movernos sobre el agua haciendo uso de embarcaciones a motor, y aunque en nuestro caso han sido el medio de locomoción menos utilizado suponen un recurso recomendable a la hora de acceder a algunas zonas de manera veloz y discreta.
Aunque las actividades principales tienden a concentrarse en ciertos puntos, el juego insta continuamente al jugador a realizar nuevos descubrimientos. Visitar zonas en las que dar caza a colosales bestias, saquear alijos o simplemente hacernos con retazos de un pasado lejano. Aun así, hay áreas que se sienten un tanto vacías y que tal vez estaban destinadas a albergar encargos que finalmente no tuvieron cabida en la versión final.
La campaña se compone de un total de cinco misiones principales y dos secundarias, siendo estas últimas las que se nos han quedado algo cortas en cantidad por mucho que su calidad no tenga nada que envidiar al resto. Superarlas nos tendrá entretenidos durante unas ocho horas, una duración que se dispara con facilidad no sólo con los inevitables coleccionables, también con algunos cometidos que irán apareciendo si escudriñamos el mapa convenientemente y un nuevo caldero, que nos ha parecido uno de los mejor urdidos de todo Horizon Forbidden West.
Por supuesto en Burning Shores encontramos otras novedades respecto al juego base como son los nuevos modelos de máquinas, siendo el Panzabilis el más desafiante de todos. Se trata de un enorme batracio que caerá sobre nosotros con enormes saltos, haciendo valer todo su poder en las distancias cortas. Este enemigo guarda más de un truco bajo la manga, como es la capacidad de robarnos parte de nuestras provisiones si nos alcanza con su larga lengua. Por si esto fuera poco, acostumbra a sembrar con huevos las áreas por las que deambula, los cuales eclosionarán al acercarnos dando como resultado enjambres de Aguijoneadores, una suerte de insecto volador muy débil pero que en grupo nos puede poner en apuros.
A estos dos ingenios hay que sumar el Hidroala, otro modelo similar a los pterodáctilos que también podremos utilizar de montura. Se caracteriza porque además de surcar los cielos puede zambullirse en el mar, avanzando cierta distancia sumergido para acto seguido volver a alzar el vuelo. Como os podéis imaginar su uso será obligatorio en uno de los niveles más originales del título.
Por lo demás, decir que el DLC nos posibilita alcanzar el nivel 60 de nuestro personaje, desbloquear nuevas habilidades y mejorar nuestro equipo con nuevas armas y armaduras legendarias, las cuales requerirán que hagamos acopio de un mineral llamado Fibrobrillante. Cuando hayamos alcanzado el ecuador de la historia podremos añadir a nuestro arsenal un arma especial, aunque para no arruinar la sorpresa simplemente diremos que es muy distinta a todo cuanto hemos disparado o blandido hasta ahora.
Como muchos ya sabréis, Burning Shores únicamente se encuentra disponible para la versión de PS5 de Horizon Forbidden West, lo que supone una decisión un tanto polémica. Resulta comprensible, al fin y al cabo el juego funcionaba con soltura en la pasada generación. Aquellos que tengan la suerte de disfrutarlo no tardarán en comprender algunos de los motivos que impulsaron a Guerrilla Games a crear una experiencia exclusiva de la next gen, sobre todo en esa recta final en la que la espectacularidad se dispara con la inestimable colaboración de un oponente colosal. Una muestra de lo que la saga será capaz de ofrecernos una vez se vuelque en la actual consola de sobremesa de Sony, pues superada la escasez de stock es por fin el presente y futuro de la compañía nipona.
En conclusión, la segunda parte de Horizon se despide por todo lo alto con una expansión muy continuista pero que a la vez no decepciona ni un ápice. Se trata de un contenido de calidad, desarrollado con escrupulosidad a fin de mantener la excelencia en sus múltiples apartados, desde lo puramente visual hasta la narrativa marca de la casa. No adelanta acontecimientos, pero a la vez arde en deseos de poner la miel en los labios al aficionado. Y entre tanto, enriquece el lore de la obra, se recrea en los viejos conocidos (atención a la última interpretación del gran Lance Reddick) y presenta nuevos personajes, ya sean nuevos aliados o estupendos villanos que ojalá hubiesen tenido más tiempo para lucirse. Ahora sólo nos queda sentarnos en la orilla y aguardar qué trae la marea.