Abogados ambiciosos, luchas internas en el bufete, citas de películas y trajes de marca. Estamos hablando de Suits.

En esta segunda temporada de Suits se llevan las emociones. Harvey Specter y Mike Ross no solo se enfrentan a Daniel Hardman, ex socio del bufete Pearson y Hardman, sino que además éste les ataca dónde más les duele.

Se han puesto sentimentales en Suits y han buscado unas cuantas novias a la pareja de abogados. Sabemos que Mike acabará con Rachel por muchos problemas que tengan y nos damos de cabezazos cada vez que Harvey o Donna niegan sus sentimientos, por respeto y protección. Aún así me gustan más las novias de Harvey (Dana Scott y Zoe Lawford) que las de Mike, la amiga de la infancia era insoportable.

Esta temporada nos ha permitido conocer un poco más del pasado familiar de Harvey y la carrera de Mike ha estado pendiente de un hilo en más de una ocasión por esa estúpida norma de solo contratar a gente que ha pisado Harvard, no sé si eso existe de verdad pero me parece una tontería.

Hemos podido comprobar las luchas de poder dentro de una firma de abogados. Y he de decir que una de las cosas que más me molesta de esta serie es lo borde que son todos con todos y las puñaladas traperas y jugarretas que se hacen a la espalda. Tengo bastante claro que no podría trabajar en un sitio como ese solo por el ambiente tan contaminado que hay. Pero una cosa loable de Suits es que consiguen que esos personajes que se creen los “Tíos” te caigan bien, incluso Louis, que ha mostrado que tiene corazoncito y todo.

En esta temporada las discusiones han estado a la orden del día, entre Harvey y Mike, Mike y Rachel, Harvey y Louis, Mike y Louis, y Harvey y Jessica. Veremos lo que nos espera en la siguiente temporada pero alguien se ha sentido traicionado, y no quiero mirar a nadie –Harvey- Y encima tiene nuevo jefe…

Nos enteraremos en verano con el inicio de la tercera temporada.