No era poca la inquietud que generó en la audiencia el estreno de Better Call Saul, en especial entre los fans de Breaking Bad, serie que fue considerada de culto casi de manera automática incluso antes de su conclusión, y con la que irremediablemente iba a sufrir odiosas comparaciones desde la emisión de su primer capítulo.
No era ni mucho menos descabellado, dado que la ficción de AMC viene firmada por Vince Gilligan y Peter Gould, responsables del gran éxito de Bryan Cranston, y está protagonizada por el lenguaraz abogado Saul Goodman, un viejo conocido de los telespectadores.
Aunque compartir la ambientación de la anterior podía verse como un refuerzo para un producto orientado hacia los más nostálgicos, existían varias dudas en torno a una producción que corría el riesgo de estirar un chicle sólo masticable por aquellos fans empedernidos de Breaking Bad descuidando a una audiencia mucho mayor y de caer en el consabido efecto Jack Sparrow trasladado al formato televisivo, entendido como el hecho de utilizar a un secundario tan interesante como intenso en sus apariciones que al ascender como protagonista absoluto resulta profundamente irritante en pantalla.
Cuestiones muy debatidas entonces y a las que a día de hoy, tras diez capítulos que han conformado su primera temporada, podemos dar un sonoro carpetazo. Será por el buen hacer de Bob Odenkirk, contenido cuando debe estarlo como el excelente actor dramático que es y sumamente efectivo en los momentos de mayor agitación, o por un guión que consigue hacer de Better Call Saul una serie mucho más equilibrada que su predecesora, con un ritmo que adolece de menos altibajos, y disfrutable por un público más diverso.
Eso no significa que la ficción no lleve la marca de la casa. Ya en su debut no nos quedó más remedio que aplaudir un par de cameos de personajes que en su día se cruzaron con Walter White –nada forzados y bien dosificados- e incluso asistir a algunas muestras de un humor negro bastante familiar y situaciones límite que nos recordaron algunos de los mejores momentos de la multipremiada ficción.
A partir de ahí la serie se relajó para adquirir un enfoque de lo más acertado centrado en contarnos los infructuosos inicios en la abogacía de Goodman, antes conocido como Jimmy McGill, un picapleitos de poca monta que trata de ser honesto pese a no llegar a fin de mes mientras cuida de su hermano mayor, recluido en su residencia debido a sus problemas mentales.
Un argumento que irá desvelando cómo sus continuos desengaños en lo personal y en lo profesional -que llegarán a su punto álgido en el penúltimo capítulo de la temporada que resulta ser una verdadera delicia y que deja el listón muy alto a lo que vendrá a continuación- le llevarán a convertirse en ese abogado charlatán y sin escrúpulos que conocimos años atrás. “Eso no me va a volver a pasar”, así se despidió de la audiencia McGill asumiendo que nada volverá a ser como antes.
Otro de los personajes ilustres rescatados de Breaking Bad ha sido el de Mike, sin duda otro acierto gracias a ese carisma con el que conquistó a tantos seguidores de la serie y que ha vuelto mejor que nunca para que podamos conocer su pasado corrupto como agente de la ley antes de ser ese matón infalible y de sangre fría que también ayudará a cimentar el ascenso del bueno de Saul. Una trama que no es pasajera como demuestra el tiempo invertido en ella y ese capítulo que dedican enteramente a su desarrollo.
La segunda temporada de Better Call Saul ya es segura y lo cierto es que su primera tanda de episodios han logrado que la marquemos en nuestro calendario como una de las series del año que más interés nos han suscitado. No cabe duda de que será más extrema que la que acaba de finalizar y que, como ya han adelantado sus propios creadores, guarde algunos ases en la manga. No nos extraña, es lo menos que podíamos esperar de Jimmy ‘Resbalones’.
Saul Goodman y Mike Ehrmantraut siempre me parecieron los personajes secundarios de Breaking Bad más interesantes. Ha sido un acierto hacerles protagonistas de esta serie de gran calidad que promete ser todo un éxito. Personalmente he ido paladeando cada uno de los capítulos de esta primera temporada. Un diez, sin duda.
Reblogueó esto en elblogdegreedjokey comentado:
Esta es una de las series que ahora mismo esta viendo Greedjoke y es que tratándose del spin-off de Breaking Bad y que encima es de los mismos creadores tiene todos los ingredientes para ser catapultada al Olimpo se las series pero, ¿es tan buena como nos quieren hacer ver? No te pierdas este interesante post sobre como finaliza la primera temporada.
Me está gustando tanto o más que Breaking Bad
[…] protagonista absoluto de su propio spin off. Pero nada más lejos de la realidad, la historia de sus inicios en el mundo de la abogacía cuenta con personalidad propia y con esas pinceladas que convirtieron a la anterior producción de […]