Lo peor de la industria del videojuego en 2023

Estamos a punto de finalizar un año que ha vuelto a dejar el listón muy alto en cuanto a lanzamientos se refiere. Al fin y al cabo, han sido muchos los videojuegos que por fin hemos podido disfrutar tras una larga espera que, a todas luces, ha merecido la pena.

Ha sido el año en el que Nintendo ha vuelto a tocar el cielo con verdaderas joyas como Super Mario Bros Wonder o The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom y del regreso de grandes IPs como Baldur’s Gate, Diablo, Resident Evil, Street Fighter, Mortal Kombat, Final Fantasy o Armored Core cuyas nuevas entregas han dejado un excelente sabor de boca. También de la resurrección de licencias como Dead Space o Alan Wake, que parecían totalmente enterradas a pesar de su extraordinario potencial, y del impacto en el mercado de superventas como Marvel’s Spider-man 2 o Hogwarts Legacy, que ha hecho las delicias de los fans del mundo mágico de Harry Potter. Incluso hemos tenido experiencias para paladares exquisitos gracias a algunos indies de la calidad de Humanity y de Cocoon, por poner solo dos ejemplos.

Sí, 2023 quedará grabado en los anales del entretenimiento por su maravillosa contribución a una industria que en apariencia goza de buena salud pero en la que lamentablemente no es oro todo lo que reluce. A continuación, vamos a hacer un repaso por aquellos casos que han manchado un año que apuntaba a ser de ensueño pero que también ha tenido sus sombras.

Los despidos masivos han desangrado el sector

Por mucho que en este listado vayamos a señalar múltiples títulos que no han cumplido las expectativas o han provocado el disgusto de los aficionados, ninguno de estos casos reviste la importancia de la oleada de despidos que ha sacudido la industria en los últimos doce meses. Al fin y al cabo, el mero entretenimiento no se puede comparar a los empleos perdidos de más de 6.000 personas en un año que, paradójicamente, está plagado de videojuegos que han sido todo un éxito tanto de crítica como en las ventas.

La tendencia instaurada en las grandes compañías tecnológicas ha salpicado con fuerza a la industria del videojuego, en la que muchos estudios han tomado la decisión de aligerar sus plantillas de manera significativa. Hablamos de nombres propios dentro del sector, como Bioware (Mass Effect, Dragon Age), Media Molecule (Little Big Planet, Dreams) o Bungie (Halo, Destiny).

La palabra “reestructuración” es ya sinónimo de pánico en las empresas. En 2023 se la hemos oído a Amazon, que en abril prescindió de 180 empleados de su división de videojuegos. También a Ubisoft, que se desprendió de un centenar de empleados ubicados en su mayoría en la sede canadiense; a Unity, que decidió cerrar Weta Digital (un estudio especializado en efectos especiales que adquirió en 2021 por 1.600 millones de dólares) y a Epic Games, que dio salida a un 16% de su plantilla tras varios años gastando más de lo que ingresaba, tal y como admitió su propio CEO.

Y es que en ocasiones es fácil detectar cuándo una mala gestión de los recursos ha sido el detonante de la situación crítica de una compañía. Ponemos como ejemplo lo ocurrido con Embracer Group, el conglomerado sueco que lleva años encadenando adquisiciones de forma errática dando como resultado el cierre de Voltion, responsables de la saga Saints Row, por no encajar en su estrategia de negocio o los despidos en Crystal Dynamics, firmantes de las últimas entregas de Tomb Raider.

Por mucho que vengamos de un período en el que la pandemia espoleó nuestra demanda de ocio electrónico otorgando cifras de récord a muchos de los principales participantes de este mercado, lo cierto es que a día de hoy resulta cada vez más difícil disimular la precariedad laboral de un sector cada vez más afectado por los recortes.

El desastroso lanzamiento de Tintin Reporter – Los cigarros del faraón

Éramos muchos los tintinólogos que esperábamos con ansia la llegada a las tiendas de un nuevo juego protagonizado por el famoso reportero. Y más desde que en agosto del año pasado Péndulo Studios, desarrolladores de títulos tan aplaudidos como Hollywood Monsters o Runaway: A Road Adventure, anunciasen que se encontraban trabajando en una aventura narrativa inspirada en uno de los álbumes más populares del genial Hergé.

Tintin Reporter – Los cigarros del faraón se lanzó el pasado 7 de noviembre sin hacer demasiado ruido y habiéndose mostrado muy poco, lo cual no hacía presagiar nada bueno. Sin embargo fue el propio estudio el que hizo saltar todas las alarmas cuando, tan solo un día después de poner el juego a la venta y sin un solo análisis publicado por la crítica especializada, compartía el siguiente comunicado a través de su perfil social:

“Pese a todos nuestros esfuerzos, aquellos que jueguen al juego en su lanzamiento no disfrutarán de la experiencia que nos habíamos propuesto. Estamos comprometidos en solucionar esta situación de inmediato, por lo que en las próximas semanas lanzaremos los parches que sean necesarios”.

Un mensaje sonrojante que ponía de manifiesto el lanzamiento apresurado de un juego que estaba lejos de estar acabado y testado, tal y como corroboraron decenas de usuarios que no tardaron en advertir que el título estaba repleto de bugs y problemas de rendimiento. Lo peor es que semejante desastre no es nuevo, ya que en 2019 Péndulo Studios enfureció a aquellos fans que corrieron a comprar Blacksad: Under the Skin, la adaptación de la laureada serie de cómics de los españoles Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido, al encontrarse un producto en un estado lamentable cuyos errores en muchos casos no permitían ni siquiera terminar la partida.

Pese a que son muchos los que apuntan a Microids y a sus continuas presiones para distribuir el juego antes de la campaña navideña, lo cierto es que se trata de un grave quebranto a los consumidores que deja muy tocada la reputación de un estudio que gozaba del beneplácito de los amantes de un género cada vez más minoritario. Al igual que ocurrió con Blacksad, mucho nos tememos que los problemas asociados al lanzamiento acabarán por eclipsar la obra y complicar el desarrollo de futuras entregas.

Grandes licencias que han sido maltratadas

Que los estudios desarrolladores exploten populares licencias para garantizar el impacto comercial de su producto no es algo nuevo. De hecho, sumergirse en universos consagrados como el de la Tierra Media o el llamado MonsterVerse puede enriquecer enormemente un proyecto siempre y cuando consiga captar toda la esencia de la obra original. Cualquier videojuego que lleve en el título El Señor de los Anillos, Star Wars, Marvel o Harry Potter suele despertar una gran excitación, lo que en cierto modo supone una gran responsabilidad para sus creadores ya que el fan es también muy exigente con aquello que le apasiona.

Esto lo sabe muy bien el equipo de Daedalic Entertainment, responsable de uno de los grandes desastres del año, una aventura protagonizada por el carismático Gollum. El juego, destrozado por la crítica y el público, no sólo contaba con un diseño de niveles cuestionable, también con un apartado gráfico desfasado y que evidenciaba un notable downgrade. El título, que tuvo que retrasar incontables veces su fecha de lanzamiento debido a un desarrollo cuanto menos problemático, llegó a las tiendas plagado de errores, algunos tan graves que impedían el progreso del jugador.

La polémica generada en torno a The Lord of the Rings: Gollum provocó que Daedalic cerrase su estudio interno de desarrollo, lo que supuso la cancelación de otros proyectos que tenían entre manos entre los que se encontraba un nuevo juego de El Señor de los Anillos del que todavía no sabíamos nada.

Y cuando todos creíamos que nada podría superar la debacle del que una vez fuese portador del Anillo Único, llegó Skull Island: The Rise of Kong para ponernos a todos los pelos de punta. Distribuido por GameMill Entertainment, publisher que no es precisamente conocido por la calidad de su catálogo, el juego estaba lejos de los estándares de la industria en pleno 2023. Animaciones toscas, gráficos obsoletos, texturas deficientes, caídas dramáticas de frames y una jugabilidad de lo más tediosa, todo un insulto al poderoso King Kong que ha dado para cientos de vídeos a cada cual más surrealista.

Si el último trabajo del estudio chileno IguanaBee ha resultado todo un despropósito, tampoco podíamos obviar lo nuevo de Flux Game Studios, que presentaron su nuevo juego de la mano de… sí, de GameMill. The Walking Dead Destinies había llamado mucho la atención gracias a su audaz propuesta, que daba la oportunidad de cambiar algunos de los puntos clave de la trama de la serie durante sus primeras temporadas. Este what if despertó el interés de los aficionados a la franquicia, que lamentablemente se encontraron con un título en el que las decisiones del jugador no tenían tanto peso en el argumento como se había prometido, a lo que hay que sumar una narrativa poco cuidada y un apartado técnico muy pobre. Tanto que ni siquiera hay cinemáticas, sino que la historia avanza intercalando imágenes estáticas y textos que justifican los saltos temporales.

La gran estafa de The Day Before

Se acabó el culebrón de The Day Before. El juego de Fntastic se lanzó el pasado 7 de diciembre en acceso anticipado tras dos años prometiendo el multijugador de supervivencia definitivo, un título que aspiraba a hacer gala de un apartado técnico sin parangón y a reinventar todas y cada una de las mecánicas de un género que cuenta con una horda de adeptos.

A pesar de que su primer tráiler colocó las expectativas por las nubes, sus continuos retrasos comenzaron a sembrar la semilla de la duda en la comunidad, que empezó a preguntarse si el desarrollo del juego estaba siendo más problemático de lo que los desarrolladores estaban dispuestos a admitir. A esto hay que sumarle diversas polémicas relacionadas con las condiciones de trabajo de la plantilla del estudio, el registro del nombre comercial y el supuesto plagio de los materiales promocionales y el diseño conceptual de juegos como The Division o The Last of Us.

El accidentado debut de The Day Before, cuyo precio de salida rozaba los 40 euros, puso de manifiesto el paupérrimo estado del producto y las muchas mentiras que brotaron del propio estudio. Hablamos de un título sin terminar, falto de contenido y con bugs de lo más grotescos, el perfecto caldo de cultivo para que su ficha de Steam se llenase de reseñas negativas que lo colocaron entre lo peor de la plataforma.

En plena debacle, y tan solo cuatro días después del lanzamiento, Fntastic dejó con la boca abierta a propios y extraños anunciando su repentino cierre. En su comunicado no sólo justificaban su decisión en pos del fracaso del proyecto, sino que aclaraban que el dinero recibido se emplearía en saldar las deudas contraídas evitando así abordar el tema de las devoluciones del producto. Por si esto fuera poco, los usuarios no tardaron en advertir que el cierre de Fntastic no fue más que una cortina de humo, ya que en la base de datos de Steam constaba un cambio de registro que apuntaba a otro nombre: Eight Points.

A día de hoy la tienda de Valve ha retirado el juego y está devolviendo el dinero a los usuarios que así lo solicitan. Además, los servidores tienen previsto echar el cierre el próximo 24 de enero, lo que supondrá el funeral de un título que ya es parte de la historia negra del videojuego.

El fin del E3

El cierre definitivo de la Electronic Entertainment Expo, más conocida por la abreviatura E3, ha sido la crónica de una muerte anunciada. Recordemos que el 2023 iba a ser el año del resurgimiento del evento a nivel presencial, tras un período muy duro marcado por la pandemia. Sin embargo, a finales del mes de marzo y tras la confirmación por parte de Microsoft, Nintendo y Ubisoft de que no asistirían, la ESA tomaba la decisión de cancelar una cita que iba a tener lugar del 13 al 16 de junio en Las Vegas.

Un verdadero mazazo del que ya suponíamos que la organización no se iba a recuperar. Fue el propio CEO de la Entertainment Software Association quien confirmase el final de una era a través de un comunicado con el que concluía un viaje de más de dos décadas.

La que fuera la exposición más prestigiosa del mundo del videojuego ha tenido que rendirse a la cruel realidad, ya que el modelo de negocio de las grandes compañías ha evolucionado para adaptarse a las nuevas tendencias del sector. Si hemos de señalar un momento crucial en el declive del E3 ese es sin duda el primer Nintendo Direct, un evento grabado con el que la Gran N empezó a presentar sus novedades allá por 2011 sin necesidad de convocar a público y prensa. El modelo cuajó, tanto que otras compañías como Sony decidieron emularlo con su propio estilo. La multinacional japonesa tampoco vio la necesidad de regresar a la feria, de ahí que en 2018 comunicase su adiós definitivo.

A todo esto hay que sumarle la gran popularidad de otros eventos como The Game Awards, que bajo la batuta de Geoff Keighley lleva varias ediciones amasando más y más espectadores ávidos de nuevos tráileres y sorpresas. Para muchos, el verdadero sucesor de un E3 que será recordado con cariño por una comunidad que en las últimas semanas no ha parado de rememorar los grandes momentos que nos dejó.

PlayStation y Discovery, los peligros del nuevo paradigma digital

El pasado 4 de diciembre saltaba la noticia de que Sony se disponía a eliminar el contenido de Discovery TV de PlayStation Store, centenares de series con sus respectivas temporadas que no sólo dejarían de estar disponibles para su compra, sino que se eliminarían de las bibliotecas de todos aquellos usuarios que las hubiesen adquirido previamente.

El comunicado, lanzado para el público estadounidense, sentó a cuerno quemado entre los seguidores de la compañía que criticaron con vehemencia que estuviesen a punto de perder un contenido por el que habían pagado sin poder hacer nada al respecto y sin recibir ningún tipo de compensación.

La ruptura del acuerdo entre Sony y el canal de televisión estaría causado por la fusión de Warner Bros y Discovery, que se ha llevado por delante multitud de producciones que a pesar de estar terminadas jamás verán la luz, y por la no renovación de la licencia con el proveedor, vigente hasta el 31 de diciembre.

A raíz del revuelo suscitado por esta decisión el gigante del entretenimiento se apresuró a llegar a un nuevo acuerdo con Warner Bros, por el que se permitirá acceder al menos durante los próximos 30 meses a todo el contenido que se haya comprado. Una rectificación que no deja de ser bienvenida pero que se percibe como un parche que no logra despejar las sospechas en torno a un modelo de negocio que acostumbra a perjudicar a aquellos que adquieren videojuegos, películas y series desde las plataformas digitales. Frente al retroceso de la venta del formato físico, cabría preguntarse cuáles son los riesgos asociados a estos intangibles y a la propiedad de los mismos.

Deja un comentario