Zoom a: Isabel. Temporada 1. Final de temporada

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Isabel ha sido mi gran alegría de esta temporada. La niña de mis ojos en la televisión española. Una serie bien producida, bien escrita, muy cuidada y con unos guiones magníficos. Y encima nos han asegurado que tendremos segunda temporada. Y yo tan contenta de tener Isabel para rato por todas estas razones y muchas más.

La primera es que en Isabel lo principal no son los amoríos sino el encaje de bolillos que tuvieron que hacer la futura reina de Castilla y sus seguidores para sentarla en el trono. El traspaso de poder de los nobles a la figura del rey. Las intrigas, las conspiraciones, la lucha por sentarse en el trono.

Eso sin olvidar que cuando una persona se sienta delante de la pantalla, está buscando ver personas no arquetipos. Y aquí han conseguido que veamos a los protagonistas más allá de la imagen que teníamos de ellso como personajes históricos. Isabel es fuerte, independiente y de ideas muy claras cuando se trata de política y vulnerable cuando se trata de sus familiares y seres queridos. Fernando se compromete con Isabel y a la vez se siente desgarrado por alejarse de Aragón. El Marques de Santillana quiere medrar y a veces le sale bien o tras no tanto. La fuerza de esta serie está en que percibes que los protagonistas son reales y  gran parte es gracias al excelente nivel de los actores que les dan vida y en parte se basa en los magníficos guiones en los que se podían apoyar estos intérpretes.

Porque ese es otro de los aspectos que ha hecho que los espectadores respaldemos esta serie: los guiones están muy cuidados. Había una gran cantidad de acontecimientos históricos entre los que elegir y cuya ausencia podía hacer que no se entendiese la trama. Esto se ha solventado muy bien y además la producción ha cuidado al detalle vestuario, costumbres, expresiones… Siempre hay alguna que se escapa y que seguro que desesperará a los que entiendan de Historia, pero  en general es una serie que se ajusta muy bien a la realidad.

Y ahora tengo que hablar del que para mi ha sido el descubrimiento de la temporada: Enrique IV. Pablo Derqui ha conseguido que este personaje, bastante desconocido entre los que no somos historiadores, cobre una entidad casi vital en la ficción. Un hombre que es Rey a su pesar, demasiado adelantado a su tiempo en ciertas cosas como con su preocupación con las minorías pero que a la vez era débil y fácil de manipular. Un hombre al que era muy sencillo compadecer.

En definitiva una serie de las que da gusto ver en antena. Espero que la segunda temporada no tenga tantos problemas para ver la luz como la primera entrega.

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