No os voy a engañar, cuando Entertainment Weekly publicó que Ian McShane estaría en la sexta temporada de la popular serie de HBO mis ojos estuvieron a punto de salirse de sus órbitas. ¿Podrían haber elegido un actor mejor para incorporar a la ficción que este británico de rasgos endurecidos? A mi parecer, difícilmente.

Porque su calidad interpretativa ha sido premiada con un Globo de Oro por su labor en la muy valorada Deadwood. Porque ha demostrado tenerle un gran respeto a la pequeña pantalla con sus apariciones en series como El ala oeste de la Casa Blanca, American Horror Story y muy especialmente en la tv-movie de Los pilares de la tierra, donde interpretó al memorable Waleran Bigod, ese codicioso obispo que nos trajo de cabeza. Porque es uno de los dobladores más carismáticos del momento y que ha trabajado en varias producciones de corte fantástico. Y sobre todo porque es capaz de encarnar al villano en blockbusters tan desequilibrados como Piratas del Caribe: En mareas misteriosas y hacer valer el precio de la entrada con su carismático Barbanegra. Su cara a cara con el también formidable Geoffrey Rush hizo palidecer a un Jack Sparrow que a estas alturas se antoja un tanto cansino.

Gran fichaje para Juego de Tronos, que los últimos años está demostrando saber captar a algunos veteranos ciertamente estupendos cuya participación, eso sí, hemos de paladear con calma por su brevedad. Son los casos de, por poner algunos ejemplos, Peter Vaughan, Jonathan Pryce, David Bradley o Liam Cunningham.

Ahora sólo falta saber qué papel hará, lo cual todavía permanece en secreto. Y aunque algunos medios apuntan a que su personaje no ha aparecido en las novelas de R.R. Martin, los fans ya apuestan por dos nombres: Euron Greyjoy, el tío de Theon que tiene mucho que decir en el destino de los hijos del kraken; y Randyl Tarly, el padre de Sam que recordemos prefirió enviar a su hijo a servir con la Guardia de la Noche que mantenerlo a su lado y con el que podría reencontrarse tras abandonar el Muro. En definitiva, dos tipos mezquinos y endurecidos que encajarían perfectamente con el perfil de McShane, aunque personalmente estaría encantado de que se convirtiera en Aeon ‘Pelomojado’ Greyjoy, el sacerdote del Dios Ahogado cuyo fanatismo prometería excelentes intervenciones en pantalla.

Pero claro, puestos a hablar de veteranía pura y dura qué menos que tender una alfombra roja al mismísimo Max Von Sydow, una leyenda viva del séptimo arte que también formará parte del elenco. En este caso sí que se ha confirmado su personaje, el llamado Cuervo de Tres Ojos, que será vital en la trama del joven Bran Stark en las tierras del norte, la cual se dejó descansar en la quinta temporada para adecuarla al ritmo de las novelas. Un sujeto frío, anciano y con la sabiduría de los primeros hombres, ideal para alguien con el bagaje del sueco.

Es cierto que el personaje ya había aparecido anteriormente acomodado entre unas ramas y con el rostro de Struan Rodger, aunque al parecer a los responsables de la ficción no les ha temblado el pulso a la hora de sustituirle por el intérprete de 86 años como ya sucediera anteriormente con la Montaña, Daario Naharis o Tommen por diversos motivos.

No gustan este tipo de modificaciones en el reparto porque el público pierde cierta inmersión en la ficción, sin embargo lo perdonaremos porque tendremos la oportunidad de ver en acción a aquel que realizó el exorcismo más influyente de la historia cinematográfica bajo el nombre del padre Merrin, a quien envió a Conan el bárbaro en busca de su hija como el rey Osric, a ese mayor del ejército alemán que aplaudió el gol de Pelé en Evasión o victoria, al mítico Emperador Ming de Flash Gordon, al Sigmund Freud que conoció el joven Indiana Jones e incluso al culpable de que a Tom Cruise a punto estuviesen de dejarle en un sueño perpetuo en esa joya de la ciencia ficción moderna que es Minority Report.

El año que viene será su año. Vendrá de hacer una aparición en la nueva película de la saga Star Wars y tendrá minutos en la serie que hoy por hoy domina la industria televisiva. ¿Qué más puede pedir? ¿Qué más podemos pedir?