La actual generación ha alcanzado la madurez y son pocas las licencias anuales que apuestan por introducir cambios de peso en su fórmula conscientes de que serán los próximos sistemas los que les posibiliten dar un salto cualitativo notable. FIFA 20 no es una excepción a la regla, sus responsables no se han desvivido por innovar pero sí han tratado de aglutinar todos aquellos elementos que ha ido perfeccionando durante las últimas entregas para lograr la mejor versión del simulador.
El título de EA vuelve a deslumbrar gracias a una oferta de modos de juego de lo más completa y que parece no tener rival. Sigue apostando por el FIFA Ultimate Team, que mantiene todas sus características añadiendo nuevas recompensas, y consigue satisfacer tanto a los jugadores volcados en la competición online como a los que siguen exprimiendo las modalidades en solitario.
Visualmente se muestra estancado desde hace años, aunque continúa cuidando al máximo su presentación con un interfaz ágil y que no ha requerido de una vuelta de tuerca y una banda sonora puntera. Entonces, ¿merece la pena hacerse con la actual entrega si ya disponemos de FIFA 19? A continuación vamos a desgranar cuáles son las principales diferencias entre ambos juegos y cuál ha sido la evolución de sus diversos apartados.
Una jugabilidad conservadora pero llena de retoques
Que nadie se confunda, FIFA 20 no es ni mucho menos una revolución jugable. Su fórmula no ha incorporado cambios importantes si bien han sido muchos los aspectos que han sido revisados y que los incondicionales del fútbol virtual sabrán apreciar pese a la familiaridad que desprenden sus controles.
En primer lugar el ritmo de juego ha vuelto a bajar una marcha buscando un extra de realismo que le viene muy bien y que ayuda a equilibrar tanto vertiente ofensiva como la defensiva. Los pases al primer toque han ganado en velocidad, siendo determinantes a la hora de empezar a trazar nuestras jugadas, y pugnar por el balón es ahora más realista y menos previsible, con una física más pulida y que se deja notar cada vez que los jugadores chocan y tratan de hacerse con el esférico.
También hemos detectado animaciones que han mejorado notablemente como por ejemplo a la hora de controlar y acomodarse el balón, cuya ejecución es más fluida y minimiza el tiempo que nuestro jugador requiere antes de iniciar la carrera.
Por otro lado FIFA 20 también nos exige aplicarnos un poco más en defensa, ya que aguantar al delantero no se efectúa de manera tan automática con solo pulsar un botón, de ahí que su eficacia dependa en gran medida de nuestra destreza para anticiparnos a su trayectoria. Además, los recortes y regates tienden a desequilibrar al defensor mucho más que antes aunque también es cierto que cada vez es más difícil que un atacante supere nuestras líneas en velocidad ante la contundencia con la que los jugadores acuden al corte. Aquí cabe señalar que las entradas a ras de suelo están más depuradas por lo que es mucho más factible robar el balón limpiamente si respetamos bien los tiempos.
Lo que sí se ha replanteado una vez más es el sistema de libres directos, que en esta ocasión cuenta con una retícula para fijar la dirección del disparo mientras otorgas la potencia con el botón indicado y trazas la trayectoria de los efectos con el stick derecho. El estudio ya coqueteó en el pasado con esta mecánica y en términos generales funciona bastante bien aunque nos exigirá volver a acostumbrarnos a estas variaciones para volver a sacar todo el jugo a las faltas.
El Camino cede el testigo a Volta
Tras tres ediciones en las que hemos tenido la oportunidad de seguir los pasos de Alex Hunter desde que presentase su candidatura a jugador revelación hasta su coronación europea parece que el estudio ha decidido aparcar esta modalidad para probar algo nuevo y refrescante. El modo Volta debuta en FIFA 20 con un guiño a los veteranos de la franquicia, aquellos que disfrutaron de aquel fútbol sala incluido en la mítica entrega del 98 e incluso tomando prestado algo de la esencia de FIFA Street.
En Volta se insta al jugador a olvidarse del realismo implícito en un simulador futbolístico para dejarse llevar por un estilo de juego mucho más alegre y desenfadado, que sabe recompensar nuestra habilidad con el balón -mucho más pesado- y ofrece nuevas sensaciones. Jugar en la calle en equipos de tres contra tres pondrá a prueba nuestra precisión, nuestra capacidad de pasar la pelota con rapidez, improvisar paredes y hacer uso de cualquier filigrana que nos otorgue una mínima ventaja frente al defensor. Las limitaciones del terreno de juego y el tiempo de los partidos hace que cada contienda sea muy intensa, con muy pocos parones ya que no hay fueras de banda, fueras de juego, cambios o excesivas faltas.
Hay muchas variantes, todas muy divertidas y que modifican desde el tipo de campo en el que competiremos hasta el número de jugadores de los que constarán los equipos. Por supuesto podremos competir online, ya sea por temporadas o disputando torneos cada uno con sus propias normas para hacernos con la victoria.
Podremos crear nuestro propio avatar atendiendo a su físico y a aquellos elementos cosméticos que vayamos recabando. Volta incluye su propia narrativa, una trama en la que nuestro personaje fichará por un equipo con el que competirá por todo el mundo aumentando su reputación, desbloqueando nuevas habilidades y sumando futbolistas a la plantilla. Es entretenido y nos enseña las bases de esta modalidad por lo que merece la pena jugarlo, aunque la historia que se irá desarrollando no es ni mucho menos tan emotiva como la que vimos en El Camino y esperamos que en el futuro goce de una mayor importancia. Porque que nadie lo dude, Volta ha venido para quedarse.
Un modo Carrera cada vez más completo
Sentirnos el manager definitivo es uno de los grandes anhelos de los jugadores de FIFA. Si bien la franquicia nunca nos ha reportado una experiencia tan completa como la de otros títulos mucho más enfocados en la gestión de clubes, el modo Carrera ha ido ampliándose año tras año hasta alcanzar cierta solidez.
En FIFA 20 se le ha querido dar un empujón sobre todo en lo que se refiere a la relación del entrenador con los medios y su propia plantilla. De este modo las ruedas de prensa a las que podremos asistir se han duplicado, pudiendo comparecer ante la prensa antes y después del partido. En nuestras intervenciones podremos justificar nuestra alineación, elogiar a los futbolistas que mejor estén rindiendo o lanzar algún dardo a aquellos que hayan sido relegados al banquillo.
Todas estas declaraciones influirán en el estado anímico de nuestros pupilos, con los que también trataremos de puertas para adentro. Por ejemplo, si fichamos por el Real Madrid no tardaremos en recibir un mensaje de Sergio Ramos que como capitán desea darnos la bienvenida de parte de la plantilla y aprovechar para tantearnos sobre nuestra filosofía. Durante el transcurso de la temporada los jugadores se pondrán en contacto para reclamar nuevas oportunidades o forzar su marcha del equipo si no están satisfechos con su rol. Esto no es del todo nuevo pero la forma de interactuar con ellos es más natural y las opciones de respuesta más numerosas aunque sea fácil intuir cuáles serán las consecuencias de cada una de ellas.
También se ha retocado el sistema de entrenamientos con los que aumentar las prestaciones de los integrantes de la plantilla y se ha trabajado por hacer más verosímiles algunos aspectos que en el pasado no acabaron de convencernos. Por ejemplo, que equipos tan potentes como Real Madrid o PSG nos planteasen como objetivos prioritarios el desarrollo de los jóvenes talentos de la cantera y su paulatina inclusión en nuestras alineaciones o que los jugadores de menor nivel con los que apenas contábamos se resistiesen a salir con todas sus fuerzas y sólo recibiesen ofertas de equipos modestos y de ligas menores dificultando aún más su marcha. En definitiva, pequeños pasos pero en la buena dirección.
Multitud de licencias pero con inesperadas ausencias
Si en algo EA nunca ha escatimado ha sido en la obtención de licencias para deleite de los aficionados de todo el planeta. Vuelven la Champions, la Europa League y la Supercopa de Europa, se han añadido casi una veintena de nuevos estadios y se ha aumentado el número de ligas y combinados.
El principal revés que ha sufrido FIFA 20 frente a la edición del año pasado ha sido la pérdida de los derechos de la Juventus, a día de hoy el club más puntero de Italia y que pasa a ser exclusiva de su competidor PES. Eso sí, aunque su denominación y su escudo han pasado a ser ficticios, los jugadores no se han visto afectados por estas restricciones de modo que su nombre, apariencia física y atributos se han respetado.
El simulador de Konami no sólo se ha hecho con la exclusividad del equipo de Cristiano Ronaldo sino también de los dos gigantes argentinos, Boca Juniors y River Plate, que en FIFA han pasado a llamarse Buenos Aires FC y Núñez FC. La Liga Premier de Rusia también se cuenta entre sus adquisiciones.
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HEY! modo carrera no es solo entrenador, tambien hay modo jugador, cosa que suelen ignorar muchos al hacer un review.