‘La Casa de las Flores’ pierde la frescura

No se nos puede acusar de spoiler si decimos que  Virginia de la Mora (Verónica Castro) está muerta en la segunda temporada de La Casa de las Flores. Principalmente porque ha sido el tema central de las  promociones y el punto de partida de la trama de la segunda temporada.

Una segunda temporada que ha perdido la frescura de la anterior. Algo inevitable porque el humor ácido y desaforado de la primera tanda de episodios nos pilló a todos por sorpresa. Y todo lo que funcionaba sigue haciéndolo: Paulina (Cecilia Suárez) sigue teniendo su-pe-cu-liar-for-ma-de-ha-blar mientras navega entre los problemas – que no son pocos – de su familia, las escenas musicales,  el color sigue ahí, igual que la ironía y esa sensación de que afortunadamente aunque trate temas importantes La Casa de las Flores no se toma a sí misma demasiado en serio.

El problema es que hay personajes que – como el padre- la temporada anterior tenían un rol y un propósito y esta vez van a la deriva. Por mucho que nos haya entusiasmado conocer al Cacas más en profundidad, no se puede obviar que había un exceso de líneas argumentales que solo estaban ahí para disimular que el muchos no tenían nada que aportar. Esa trama de la secta por momentos ha sido soporífera.

La serie se disfruta igualmente porque se tomó el esfuerzo de que conectáramos con sus protagonistas la temporada anterior. Pero los coloridos brotes salvajes, se han convertido en estudiadas flores de invernadero.

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