Una gran rueda que gira y gira. Y con ella lo hace la Historia. Cada vez que termina una vuelta, las almas de los que murieron durante la era anterior vuelven en nuevas formas. Eso es un problema cuando te conocen como “el Dragón”. Las cosas como son, no transmite confianza.
La nueva serie de Amazon Prime Vídeo adapta la famosa saga de novelas fantásticas La rueda del tiempo. Y no, no vamos a compararla ni con Juego de Tronos, ni con el El Señor de los Anillos. Porque no todas las ficciones de fantasía pretenden lo mismo aunque se nutran de los recursos de un mismo género. Lo que si os vamos a decir es que a nivel de producción se aprecia el esfuerzo económico. Especialmente en el abundante uso de exteriores. Lejos quedan ya aquellos tiempo en que los bosques eran de cartón piedra. En general la sensación es muy buena, aunque es verdad que a este mago, de vez en cuando, se le notan los trucos en la manga.
Se agradece el color, el aspecto más divertido de la fantasía: bosques, iluminación en la que se ven las cosas, unos trollocs con cuernos y colmillos y hachas del tamaño de su cabeza. La ficción no se avergüenza de usar los recursos del género. Un punto muy fuerte a su favor en unos tiempos en los que la oscuridad y la sobriedad siguen siendo la máxima a seguir.
Un mundo fracturado
La rueda del tiempo nos sitúa en un mundo de grandes desigualdades sociales y repleto de magia. Magia a la que solo pueden acceder las mujeres. La serie de Prime Video ha bebido tanto “zumo de respetar a las mujeres” que más que en esteroides está en estrógenos. Que el patriarcado sea un “matriarcado” les permite hablar de la desigualdad estructural sin que se alcen voces de “¿y qué pasa con las dificultades masculinas?”. Es curioso ver cómo se aceptan como injustas ciertas actitudes que a ti te llaman exagerada por señalar en la vida real, simplemente porque ha cambiado el género que las sufre. Aquí el techo de cristal es el techo de la torre blanca. Deal with it.
Pero que esa sociedad rota sea el telón de fondo, no significa que sea el punto central. La serie gana enteros cuando se centra en la aventura: el viaje, el aprendizaje, no saber cuál es el siguiente paso a seguir. Dudo que se acabe convirtiendo en una serie de personajes – todavía no ha aparecido ninguno realmente carismático por si solo-, pero es un eficiente reparto coral.
En definitiva, una más que digna apuesta por la fantasía y la aventura sin más pretensiones que hacernos olvidar un tedioso y gris día de oficina.
La rueda del tiempo se emite los viernes en Prime Video