Análisis: La LEGO película: El videojuego

TT Games lleva muchos años ya demostrando lo que mejor sabe hacer, utilizar una franquicia de éxito para transformarla pieza a pieza en un producto lleno de humor, con grandes dosis de diversión en esa mezcla de acción y plataformas que ya son marca de la casa y accesible a todos los públicos. Han explorado el universo de Star Wars, Indiana Jones, Piratas del Caribe, Harry Potter, El Señor de los Anillos y Marvel entre otros, siempre eligiendo con cuidado aquellas grandes sagas de éxito mundial que puedan ser adaptadas a esta conocida marca de juguetes. Sin embargo, no han sido muchas las ocasiones que han tenido para sacarse de la manga algo realmente genuino y original, y tras la satisfactoria experiencia que supuso LEGO City para las consolas de Nintendo, la llegada a los cines de una película hecha para homenajear a este sello les da la oportunidad de librarse de algunas ataduras y probar cosas nuevas.

Claro que es cierto que La LEGO película: El videojuego no se despega ni un ápice de la senda marcada por su referente cinematográfico, por lo que muchos no lo calificarán como un título enteramente original, sin embargo ciertas decisiones artísticas que nos sorprendieron en las salas de cine también lo han hecho en nuestro salón de casa. Por ejemplo esa apuesta por dejar de lado los escenarios predefinidos de las películas de culto que siempre han estado acompañados de las construcciones de Lego correspondientes para crear un mundo edificado casi completamente por fichitas, incluyendo efectos como el agua y el fuego.

Además, el guión de la cinta sirve también para el videojuego poniéndonos a los mandos de Emmet, un simple obrero de la construcción en un mundo en el que no hay posibilidad de salirse del orden establecido aunque a nadie parezca importarle. ¿A nadie? La facción de los maestros constructores, aquellos capaces de crear estructuras imposibles de Lego con el poder de su imaginación y sin manual de instrucciones, harán todo lo posible por evitar que un tirano de nombre Megamalo consiga por fin crear ese mundo perfecto que ansía gracias a una nueva y devastadora arma. Suerte que existe una profecía sobre alguien especial que hará que el mal no triunfe y que tendrá en su poder una pieza maestra capaz de evitar el desastre que se avecina. ¿Adivináis quién?

Puede que uno de los puntos fuertes del juego sea también uno de sus principales inconvenientes, y es que a lo largo de la campaña iremos reviviendo todos y cada uno de los acontecimientos de la película apoyándose constantemente en vídeos sacados del propio metraje que, aunque atesoran una gran calidad dado que el filme es muy puntero en el terreno de la animación -¿cuánto pasará hasta que veamos este nivel de detalle en un juego de videoconsola?- también reventará partes muy importantes de la trama y muchos de los mejores gags a aquellos que todavía no hayan acudido al cine, aunque sí es cierto que algunos cortes de la película que buscan no desvelar el gran secreto que guarda la cinta, pueden dificultar la comprensión de algunos diálogos del final. Por este motivo, y siempre en opinión del que escribe, este juego es sin duda recomendable para todos aquellos que hayan disfrutado de la cinta y quieran volver a disfrutar de ella con un mando en la mano, no al revés.

La campaña principal, que tiene una duración correcta sin ser de las mayores que hemos visto en los juegos de Lego, es muy entretenida y gracias a la diversidad de escenarios que iremos encontrando, ya sea la ciudad de Ladriburgo, el Lejano Oéste o Nube Cucolandia, será difícil aburrirse. Y si a esto le sumamos la compañía de personajes tan divertidos como Vitruvius o Unikitty, que no dejarán de sorprendernos con su personalidad, humor y algún que otro giro sorprendente, en general deja un buen sabor de boca. Lástima que los niveles no muestren el mismo equilibrio desde el inicio hasta el final de la aventura, siendo algunos mucho más simples que otros, especialmente en los compases finales. Eso sí, hay alguno sorprendente como aquel en el que tenemos que escapar de un submarino hundido, que recuerda mucho a otras propuestas como Little Big Planet en cuanto al manejo de personajes y la vista lateral.

Porque sí, pese a que la fórmula sigue siendo la misma que la del resto de juegos de Lego a los que habéis jugado, con esa recolección masiva de piezas y la destrucción de los escenarios para rehacerlos en función de nuestras necesidades, por primera vez en mucho tiempo hemos visto algunas ideas nuevas que a buen seguro recuperarán para futuros títulos. Por ejemplo, algunos minijuegos musicales basados en pulsar una combinación de botones en el orden correcto al son de la melodía o algunos recurrentes como una especie de comecocos cada vez que necesitamos hackear un sistema. También el hecho de que debamos completar las páginas de un manual en diferentes áreas para que los obreros hagan una gran construcción vital para continuar nuestro camino y en la que deberemos ir seleccionando piezas vitales de la estructura antes de que finalice el tiempo asignado para perder el menor número de bonificaciones posibles. Son detalles que le han venido muy bien al juego, pues ya es complicado ver algo nuevo de una entrega a otra más allá de la base jugable esté cada vez más pulida.

También se ha querido mantener las señas de sandbox que tan bien sentaron a los juegos de Harry Potter y El Señor de los Anillos, aunque en esta ocasión algo más limitados siendo áreas independientes las unas de las otras donde completar algunos encargos, desbloquear personajes y acceder a misiones ya completadas, pues una vez más el verdadero desafío reside en hacernos con el 100% de coleccionables en cada una de las fases. Eso sí, no llega a ofrecer tantísimo contenido como los títulos que acabo de mencionar, algo que además queda patente en el plantel de figuritas que podemos comprar, una de las grandes decepciones que hemos encontrado. Y es que aunque hay un buen número de ellas, más allá de los indios y los cowboys y de algunos héroes emblemáticos como Superman o Wonder Woman, no se han explotado otras franquicias para traer personajes icónicos (en la película vemos muchos que aquí no están) limitándose a «colarnos» personajes genéricos como la chica de las flores o el encargado del puesto de los kebab, que aparte de no tener habilidades especiales no nos motivan lo más mínimo a la hora de pedírnoslos para jugar.

Para terminar, decir que a nivel sonoro se ha beneficiado mucho de la película que hay detrás, con unos doblajes de gran calidad y una banda sonora destacable, incluyendo el tema «Todo es fabuloso» que tanto lleva sonando las últimas semanas, aunque inexplicablemente en su versión original en inglés, que dicho sea de paso es bastante mejor que la nuestra.

La LEGO película es un juego muy entretenido de principio a fin, muy vistoso y el hecho de poder jugarlo en cooperativo y su bajo nivel de dificultad lo convierten en algo muy adecuado para toda la familia. Eso sí, no es redondo e incluso tenemos la sensación de que es uno de los más flojos de los últimos tiempos, ya sea por ese vasto mundo que crearon para El Señor de los Anillos o ese magistral plantel de personajes que vimos en LEGO Marvel que no encuentran su réplica aquí. Además, es frecuente encontrar algunos bugs que han detenido la partida y que, junto al desigual diseño de niveles del modo campaña, nos hacen pensar que le ha faltado algo de tiempo de desarrollo y que los plazos para adecuarse al lanzamiento de la película no le han hecho un gran favor.

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