HBO tiene muy claro que no sólo se vive de dragones, de ahí que en la cadena no escondan ni la ilusión con la que afrontan el estreno de la segunda temporada de Westworld ni su ambición por convertir a la serie no sólo en uno de sus buques insignia –en realidad, ya lo es- sino en un nuevo referente televisivo.
Recientemente pudimos asistir en un evento multitudinario a la proyección del primer capítulo de la nueva tanda que está por llegar y lo cierto es que no sólo ha venido a confirmar algunas de las sensaciones que nos dejó el final de la pasada temporada, sino también algunas sorpresas de lo más interesantes y prometedoras.
Es preciso subrayar que Westworld sigue siendo fiel a su propia esencia, más de lo que en un principio llegamos a imaginar. Y es que tras las impactantes revelaciones del que a día de hoy sigue siendo el último episodio emitido de la ficción, era fácil pensar que sus responsables podrían optar por abrazar una narrativa más convencional dado que ya cuentan con unos cimientos firmes desde los que desarrollar su relato.
Pero nada más lejos de la realidad, el arranque de la temporada dos ya nos deja muy claro que gran parte de la inmersión en la historia procede precisamente de su capacidad para romper la linealidad, algo que volverá a ocurrir aunque ahora de manera algo más evidente. De este modo, la serie planteará dos líneas temporales diferentes que se irán cruzando invitándonos a recomponer los acontecimientos que se sucedieron tras el inicio de la revolución de los anfitriones. El nexo entre ambas tiene nombre propio: Bernard (Jeffrey Wright).
El que fuera Jefe de la División de Programación de Westworld será una figura clave en la guerra que se avecina, si bien deberá ser muy cuidadoso si quiere seguir manteniendo en secreto que no es un ser humano como el resto de sus colegas creen. Su trama estará estrechamente conectada a la de una vieja conocida, Charlotte Hale (Tessa Thompson), personaje que cobra una mayor relevancia, y a la de Karl Strand, un enviado especial de Delos cuya misión no es otra que la de poner orden en el parque y que es interpretado por Gustaf Skarsgård (Floki en Vikingos), una de las más sonadas incorporaciones al reparto.
Pero Bernard no será el único personaje al que deberemos prestar mucha atención, ya que algunos de los principales protagonistas han dado un giro de 180º sufriendo severos cambios en su personalidad. El caso más claro es el de Dolores (Evan Rachel Wood), la cual ha sufrido una transformación acorde con la del propio parque. Si el que fuera un entorno para el entretenimiento familiar y de todo aquel en busca de experiencias excitantes es ahora un campo de batalla violento y cruel, la sumisa hija del ranchero se ha convertido una guerrillera de gatillo fácil y de carácter inmisericorde, centrada no sólo en la supervivencia de los suyos sino en conquistar el mundo que una vez perteneció a sus creadores. Su resentimiento hacia aquellos que provocaron su sufrimiento es tal que está dispuesta a conseguir sus fines sea cual sea el precio, lo cual la convierte en el mayor peligro para todo huésped que tenga la desgracia de cruzarse en su camino y además en una líder nata.
Volverán también Maeve (Thandie Newton), tal vez el personaje más interesante de cuantos han aparecido en la serie, que lejos de huir tratará de llegar hasta su hija con la ayuda de un variopinto grupo de aliados, y por supuesto el Hombre de Negro (Ed Harris), que no cejará en su obsesión por hacerse con los secretos del parque. Esta vez el pistolero sí tiene cabida en un nuevo juego preparado para él por el mismísimo Robert Ford (Anthony Hopkins), el misterioso creador de Westworld, que incluso desde la tumba sigue tirando de los hilos en una función que al parecer preparó minuciosamente hace mucho tiempo.
Como podéis imaginar, esta segunda temporada no nos pondrá las cosas fáciles y seguirá siendo parca a la hora de dar respuestas a los muchos enigmas que se plantean, dando pie a múltiples teorías y suposiciones. Algunas de ellas se irán gestando en base a las diversas pistas que la serie nos irá dejando y que vuelven a apuntar hacia un gran ecosistema en el que podrían convivir varios parques temáticos y que de una forma u otra estarían conectados, dando lugar a un sinfín de posibilidades.
El lunes 23 de abril comenzará a emitirse en HBO España esta segunda temporada, la cual promete ser apasionante. Sólo recordad que si la ficción hace uso de la cita shakesperiana “los placeres violentos tienen finales violentos” no es mera casualidad, es que la rebelión está a punto de cobrar una nueva dimensión.