Dicen que el tiempo todo lo cura, un refrán que también podemos extrapolar a la industria del cine. Fue en 1994 cuando se estrenó en todo el mundo Street Fighter: La última batalla, la adaptación para la pantalla grande de uno de los videojuegos de lucha con más seguidores de todo el mundo. Pese a que en ese momento la cinta fue duramente vilipendiada por la crítica, con el paso de los años los aficionados del blockbuster palomitero no han dudado en reivindicarla una y otra vez como cinta de culto, un placer culpable que todavía hoy sigue haciendo disfrutar a toda una generación en la que logró dejar su poso y que la sigue recordando con especial cariño.
En una época en la que las películas de artes marciales estaban en plena efervescencia gracias a estrellas como Jean-Claude Van Damme o Steven Seagal, Street Fighter: La última batalla se alzó como un producto que oscilaba entre el burdo espectáculo y el divertimento más inocente y desinhibido. Un filme, en definitiva, tan imperfecto como disfrutable y cuyo rodaje nos dejó no pocas curiosidades y anécdotas que a continuación os iremos contando en nuestra galería. Los problemas de su protagonista con las drogas, un romance de lo más sonado, un sinfín de licencias creativas… ¡No os lo perdáis!