Apple TV está construyendo poco a poco un catálogo más que solvente. Lo ha hecho gracias a series terroríficas como The Servant y otras mucho más optimistas como Ted Lasso. Otro de los tesoros escondidos en su catálogo es la divertida y original Dickinson. De hecho, creemos firmemente que tu felicidad crecerá exponencialmente tras verla. Y aquí van nuestras razones de por qué.
1. Hailee y el resto del reparto son un tesoro.
La Emily Dickinson de Hailee Steinfeld es compleja, relatable y a la vez todo un misterio. La actriz se mueve como pez en el agua entre todas sus contradicciones. Consigue, a pesar de todos los anacronismos, acercarse al espíritu de una de las mejores escritoras del XIX de una forma vivaz y nada acartonada.
Lo mismo puede decirse del resto del reparto. No es fácil brillar con luz propia y a la vez servir de apoyo perfecto para el lucimiento de la protagonista. Aquí lo consiguen sin despeinarse. Desde el austero Edward Dickinson (Tony Wuss); hasta la señora Dickinson (Jane Krakowski), la perfecta ama de casa superada por la vida; sin olvidarnos de Austin Dickinson (Adrian Enscoe) y especialmente de Vinnie Dickinson (Anna Baryshnikov); personajes ambos rebosantes de humanidad y de ternura.
2. Es divertida (a pesar de las dramáticas circunstancias).
A poco que uno conozca la obra de Dickinson, espera cualquier cosa menos un show que le arranque más de una carcajada. Pero una buena gestión de los anacronismos y un guion sabe dar las pinceladas justas de humor, de ironía, de belleza y de drama. Todo en esta ficción tiene profundidad, sí, Emily Dickinson es lo que en nuestros días llamaríamos “una intensita”. Vivió una guerra. Conoció la opresión por ser quien era. Pero la serie no olvida tampoco que eran jóvenes. En el fondo, Dickinson trata sobre el paso a la madurez, descubrir la vida. Por eso tiene una frescura especial, porque es un guion que no olvida lo absurda y divertida que es en en ocasiones la realidad.
3. Conectarás con los personajes
Desde el padre, a sus hermanos, pasando por el amor de su vida o sus amigos. Por muy pequeño que sea el personaje la serie incide en que sea redondo y tengan arista. Lo hace desde la cotidianidad y desde la universalidad. Precisamente por esto es fácil verse reflejado en estas personas de principios del XIX, con corpiños, sombreros de copa y crinolinas que resulta que están tan perdidos en la vida como tú.
4. No huye de los temas complejos
Partimos de la base de que es una serie sobre una escritora a finales del siglo XIX. Por supuesto, los obstáculos a los que se enfrenta y las restricciones que la rodean simplemente por ser mujer están en el centro del relato. Pero no son los únicos: los prejuicios antes las diferentes identidades de género u orientaciones sexuales o el racismo son otros de los temas que centran la atención de esta serie. Se acerca a ellos con empatía y respeto, pero sin paños calientes.
5. Es rara en el mejor sentido de la palabra.
No te vamos a mentir. Emily se da garbeos con la muerte y habla con un abejorro. Su hermana tiene ciertas peculiaridades bailando y no nos olvidemos de la señora Dickinson, fuente inagotable de sorpresas. Pero es parte de su encanto. Más de una vez te preguntarás “¿De verdad está pasando esto?”. La respuesta es sí, está pasando. Y también te lo estás pasando pipa viéndolo.
6. La música
Es moderna, es pegadiza y acerca el funcionamiento de la mente de Emily a las audiencias de hoy en día. La propia Hailee interpretó una de las canciones del primer episodio. Billie Eilish, Ruelle y Lizzo son otras de las artistas a las que han recurrido.
8. Foco literario
¿Te gustan los memes sobre literatura? ¿Las anécdotas sobre escritores? Pues esta es tu serie, Emily no es la única que se gana la vida juntando letras: Alcott, o Whitman se dan un delicioso garbeo por la serie. Los acompañan bromas sobre Emerson, referencias humorísticas a Dante…