The Good Doctor, serie que podemos ver en AXN, ha terminado su segunda temporada y, nos disponemos a compartir nuestra opinión sobre esta tanda de episodios de esta magnífica series protagonizada por Freddie Highmore, Richard Schiff y Antonia Thomas.
Como hemos dicho previamente, este año se le han puesto las cosas difíciles al doctor Shaun Murphy (Freddie Highmore), que ha empezado a entrenar su lado emocional junto a la doctora Claire Browne (Antonia Thomas), mientras su mentor y amigo, el doctor Aaron Glassman (Richard Schiff), tiene que pasar por el trago de un cáncer cerebral. Una situación en la que se siente inseguro, pues no se le da muy bien eso de ser el paciente y no el médico.
En esta temporada de The Good Doctor hemos vivido situaciones terribles como una plaga, con cuarentena incluida en la sala de urgencias del hospital, en la que el doctor Murphy sufrió un ataque de pánico. Nuevos amores, la relación del doctor Melendez (Nicholas Gonzalez) y la doctora Lim (Christina Chang) ha de lo más atractivo de la temporada.
La vuelta de Lea (Paige Spara), con la ilusión de Shaun de que su relación sea algo más que amistad y el descubrimiento de que solo serán buenos amigos. La convivencia con un amigo u otra persona en un mismo sitio, y acostumbrarte a la manías de cada uno y sufrir los celos de ver a otra persona vivir lo que tu quieres vivir con esa persona.
La llegada de un nuevo doctor que te pone obstáculos, que considera que no estás preparado para ser un cirujano y frustra tus ambiciones e ilusiones, a pesar de que has demostrado la pasta de la que estás hecho. Todos hemos sufrido la frustración cuando alguien nos corta las alas y nos prohíben ser algo en lo que sabemos que somos buenos y no nos dejan volar.
Cada temporada de The Good Doctor conocemos más a los personajes y con ellos aprendemos sobre la vida, las relaciones y el trabajo. Los pequeños pasos que da el doctor Shaun Murphy para adaptarse e integrarse a un “código social” los realizamos nosotros también, y también los consideramos, los ponemos en duda y los rompemos porque si no cómo podemos avanzar, cómo podemos desarrollarnos y convertirnos en quienes queremos ser, cómo podemos convertirnos si no en mejores personas. Porque sí ver The Good Doctor hace que quieras ser mejor persona.